Con el partido de la selección española celebrado el pasado viernes en El Molinón, archivado ya en la hemeroteca (en ella quedará constancia también para siempre, de la espantada de los 'triunfitos' de Lopetegui), vuelve la Liga y lo hace además con uno de esos partidos en los que a priori, el Sporting no tiene nada que perder, pero sí mucho que ganar. Porque siendo honestos, no parece el Sánchez Pizjuán un estadio muy propicio para consolidar y refrendar la victoria lograda ante el Granada en el último partido disputado antes de este parón, con motivo de los compromisos de la selección (que no olvidemos concluyen mañana con un amistoso, que de amistoso tendrá más bien poco, en París frente a Francia).

Porque las estadísticas dicen, que más allá de la colosal diferencia que existe en la clasificación, el conjunto del Nervión, se muestra como uno de los más sólidos en su feudo, mientras que el Sporting, como sabemos, con una única victoria a domicilio (la lograda en Butarque), es por el contrario de los equipos más débiles a domicilio. De ahí que como digo, mientras todas las casas de apuestas dan como claro favorito al equipo entrenado por Sampaoli, los nuestros habrán de presentarse con la firme intención de hacer saltar la banca. Nada de encerrarse por tanto durante noventa minutos de forma suicida en pos de un empate que suma muy poco. Es el partido ideal para salir a protagonizar una de las sorpresas de la jornada. ¿Por qué no?

Veremos durante la semana las intenciones de Rubi con respecto al once inicial. Por ejemplo si hay debate o no en la portería. Siguiendo con las apuestas, me inclinaría por la continuidad de Cuéllar. No parecería lo más indicado, a pesar del buen partido despachado por Mariño frente al Granada, el cambio en una posición tan sensible como es la portería, a estas alturas de la competición. Sí que habrá cambios en la línea defensiva y por partida doble. Las bajas de Meré y Douglas por cumplir ambos ciclo de tarjetas (el primero la forzó claramente en una decisión no se sabe si tomada de forma personal), abren las puertas al retorno de Amorebieta, una vez recuperado de su lesión, mientras que Lillo parte como opción casi única, a la vista del ostracismo al que parece abocado Lora, para el puesto de lateral. Las otras dos posiciones, deberían ser para Babin y Canella. En lo que se refiere al centro del campo, podría haber alguna duda, pero el bloque Carmona, Vesga, Sergio, Moi y Burgui, parte con ventaja. Y arriba Traoré debería ser la referencia, ante una defensa de altura como la sevillista.

Fuera del ámbito deportivo y en relación a la noticia publicada ayer domingo por LA NUEVA ESPAÑA, en la que se comentaba el mar de dudas en el que estaría sumido Javier Fernández, sobre la continuidad o no de Nico Rodríguez al frente de la Secretaría Técnica, continuidad que parece depender en gran medida de la categoría en la que milite el equipo la próxima temporada, no es sino una prueba más del grado de improvisación perpetua que reina en este club a la hora de tomar decisiones tan importantes como estas. Porque un proyecto que si finalmente salva la categoría, lo haría porque de nuevo la Santina habría obrado el tercer milagro consecutivo, cuando a inicios de temporada se hablaba sin embargo de otros objetivos muy distintos, es un proyecto fracasado sí o sí. A partir de ahí, que cada cual saque sus conclusiones. El caso del entrenador sí considero que podría ser distinto, incluso en caso de descenso. No en vano es en Segunda donde Rubi ha obtenido sus mejores resultados.

Pero vamos a dejar la solución a estas disyuntivas, para aquellos que desgraciadamente sí que no tienen comprometida su continuidad en el club. Y centremos nuestra atención en el partido del domingo a las doce. Un horario que invita a disfrutar del encuentro en compañía de unos buenos amigos, con unas botellas de sidra como alivio para el previsible sufrimiento, aunque quién sabe si también para la celebración de algo grande. Por algo es uno de esos partidos que cuando te sientas a verlo, un cosquilleo recorre tu interior. El que te produce esa esperanza, esa fe sportinguista, de que en el fútbol a veces lo ilógico se hace posible.

Post Scriptum: ¿qué éxito tuvo la reciente campaña de 2 x 1 en las camisetas de la primera equipación, con motivo del Día del Padre? ¿Se está ya trabajando en los diseños de la próxima temporada, para que con la excusa del poco tiempo disponible, no vuelvan a ser 'de catálogo'? ¿O también esto depende de la categoría?