Por si fuera poco la crisis de resultados y la inminente salida de Monchi, al Sevilla se le ha abierto un nuevo fuego de pronóstico reservado. La reciente derrota de Argentina ante Bolivia (2-0), con Messi ausente por una polémica sanción, compromete la clasificación de Argentina, que cae al quinto puesto, y sitúa en la picota al seleccionador Edgardo Bauza. La prensa argentina daba ayer por hecha su destitución y sólo aparece un nombre como posible sustituto: Jorge Sampaoli.

El técnico del Sevilla siempre ha dicho que dirigir la albiceleste es su gran sueño. Argentina ya intentó al inicio de esta temporada su fichaje tras la destitución del Tata Martino. Sampaoli se dejó querer y hasta solicitó que se le permitiera compaginar ambos banquillos porque ya se había comprometido con el club andaluz. El Sevilla dijo que no y el técnico se quedó en el Pizjuán.

Hace semanas se comenzaron las negociaciones para la renovación del entrenador de moda en el fútbol español, al que incluso se llegó a vincular con el Barcelona tras el anuncio del gijonés Luis Enrique de que no seguiría en el puesto. La probable salida de Monchi, el hombre que apostó por Sampaoli, es otro factor a considerar. El entrenador siempre ha dicho que la marcha del director deportivo no le afectaría siempre que se le garantizase un proyecto continuista. Pero eso era antes de que al albiceleste volviera a llamar a su puerta.

El Sporting se va a encontrar a un Sevilla con serias dudas existenciales, que corre el riesgo de perder la que ha sido su identidad. Lo que menos preocupa al sevillismo es la visita de los rojiblancos.