El Sporting de las ausencias sumó un punto de oro en el Sánchez Pizjuán, en un partido que puso a prueba, como pocos, el empaque de este equipo. Los de Rubi, a pesar de las bajas, llegan a la final contra el Málaga con tres partidos consecutivos en los que ha logrado sumar y con la sensación de ser un equipo de cuerpo entero. No queda ni rastro de aquel conjunto timorato que se postraba ante su destino, aceptando con resignación la derrota en la batalla. El Sporting de hoy discute los partidos con atrevimiento y valentía y, cuando ve que no puede ganarlos, consigue no perderlos.

El empate en Sevilla es mucho más que un punto. Es un mensaje a la liga de que el Sporting va a pelear hasta el final. Los rojiblancos hacen suya una frase del himno que el Arrebato le regaló al Sevilla: "Dicen que nunca se rinde".

Y no se rinden, ni siquiera en las peores circunstancias, cuando la lesión de Amorebieta dejó huérfana a la defensa, en la que ya faltaba Jorge Meré. Esta vez, Rubi había aplicado la sensatez al confeccionar la convocatoria y le dio campo al central del filial Juan Rodríguez. Una solución tan natural como eficaz.

El partido se le hizo largo al Sporting, que resistió el azote sevillista durante media hora en la que el Sánchez Pizjuán pareció el mismo infierno. Ningún campo influye tanto en el juego y en sus actores como el del Sevilla, desde la grada a los recogepelotas, parte activa de la obra. El Sporting sufrió al final, pero tuvo claras opciones para haberse llevado los tres puntos. Falló, de nuevo, la puntería. A pesar de la sensación de peligro, Sergio Rico se fue sin parar un balón. El Sporting toma aire en Sevilla a la espera de nuevas emociones y refuerza su mensaje de esperanza.

Sporting y Sevilla viven un duelo con más emoción que ocasiones

El duelo regaló también una interesante partida táctica en la que los dos entrenadores quisieron sorprender a su rival. Rubi buscó la sorpresa en la alineación inicial. El catalán reforzó el centro del campo con Xavi Torres, que formó junto a Sergio por delante de Vesga. La referencia ofensiva fue de nuevo Carlos Castro, que ayer sí completó un gran partido, buscando desmarques, dando batalla a los centrales y creando ocasiones de peligro. Por su parte, Sampaoli evitó la defensa de tres centrales y usó un doble pivote con Kranevitter junto a N`Zonzi y Correa de enganche con Ben Yedder. Hasta que rectificó el argentino, la partida la ganó Rubi.

El Sporting pudo encarrilar el choque en la primera jugada, pero Carmona no fue capaz de poner firme el pie izquierdo a un pase de la muerte de Carlos Castro. El intercambio de golpes fue continuo. El Sevilla ganó la posesión y, en algunas fases, logró encerrar a los rojiblancos en su campo, pero el Sporting no desdeñó la presión alta cuando los andaluces intentaban iniciar desde los centrales.

A falta de videoarbitraje, hay poco que reprocharle a Vicandi Garrido. El árbitro señaló un penalti claro de Lenglet a Carmona, pero su asistente le advirtió del fuera de juego previo. En la otra acción polémica, hay más que discutirle a Burgui que a Vicandi. El extremo robó un balón de oro y se iba como un tiro, pero decidió caerse al notar un manotazo de Pareja, que pareció fuera del área, cuando dio la sensación de que podía haber prosperado.

Rubi volvió a acertar con su planteamiento y el Sevilla apenas desbordó por juego al Sporting. El peligro llegó a balón parado o en pérdidas de los rojiblancos. Como el "gilicórner" a favor que terminó con una peligrosa contra de Vitolo que exigió la mejor intervención de Cuéllar.

Cuando el Pizjuán se levantó en armas, al Sporting sólo le quedó resistir. Sampaoli, que desgastó la banda con sus carreras, recurrió a Jovetic e Iborra y el Sevilla ganó altura a la vez que Rubi perdía a Amorebieta. El Sporting fió sus opciones de victoria a alguna aventura como la de Sergio a cuyo centro no alcanzó al gigantesco pie de Traoré por unos milímetros. El final se hizo eterno por más que el Pizjuán comenzó su evacuación. El Sporting supo sufrir con entereza y ve un poco más cerca la opción de engancharse al pelotón. El partido ante el Málaga puede meterle de lleno en la pelea.