Créanme si les digo que tras una derrota como la sufrida este miércoles contra el Málaga de Míchel, preferiría tener que escribir a cerca del ciclo de vida de las luciérnagas, antes que sobre esta enésima decepción de un equipo que una vez más, cuando más se le requería, no ha sabido dar la talla. Resulta complicado por ello buscar, más allá de las matemáticas, razones que inviten al optimismo de cara al final de la presente temporada.

Porque más allá de que podamos aceptar que lo más justo, visto lo visto sobre el campo, hubiera sido un empate y que a poco que hubiera acompañado la fortuna, se pudiera incluso haber obtenido una victoria mínima, objetivamente, el equipo realizó un mal partido, solo salvado por acciones esporádicas que pudieron contarse con cuentagotas.

Y acepto también que como a perro flaco todo son pulgas, nos tocó jugar la madre de todas las finales (hasta la que llegue la próxima), con un once condicionado por las lesiones y las sanciones. Habrá quien se cuestione ahora si en Sevilla, no deberían haberse protegido a algunos jugadores apercibidos (el caso más evidente el de Vesga). Porque en la liga de los tres puntos, hubiera sido preferible perder en Sevilla por la ausencia de algunos titulares y ganar al Málaga. Ahora es tarde y lo que tenemos es que este Málaga al que podíamos haber dejado a dos puntos y herido de muerte, se ha escapado ahora a ocho, más el golaveraje; o lo que es lo mismo: tres partidos de distancia, cuando solo quedan ocho por disputarse.

Podemos poner así todas las excusas del mundo, como también que el árbitro, desde el primer minuto, dejó claro que lejos de amedrentarse por las más de 25 mil personas que casi llenaron El Molinón, en caso de duda, favorecería al equipo visitante. Y hablando de arbitrajes, que 'conste en acta' que Moi Gómez, otro de los jugadores que más se siguen echando en falta, continua sin estar recuperado de una lesión producida por una dura entrada apenas iniciado el partido contra el Depor (que precisamente acabó también con cero a uno como este) y que ni siquiera mereció la consideración como falta por parte de Mateu Lahoz.

Pero hechas y admitidas todas estas alegaciones, lo que no puede ser es una vez más, el Sporting en El Molinón, ha sido capaz de resucitar a un muerto. Porque a la vista de los precedentes, si yo fuera entrenador de un equipo sumido en una infame racha de resultados y pudiera elegir el estadio donde disputar mi siguiente partido, qué quieren que les diga, elegiría nuestro vetusto estadio. ¿O me equivoco? Y es que la historia se repite tozudamente una y otra vez. Como se repiten sobre el campo, errores ya más concretos que hacen por ejemplo que de cada tres córners botados por el Sporting, dos no generen peligro alguno y el tercero lo haga, sí, pero en nuestra propia portería a raíz de un contraataque rival. Frente al Málaga volvimos a comprobarlo.

No suele ser lo habitual, pero en la rueda de prensa posterior al partido, ambos entrenadores reflejaron con bastante exactitud y objetividad lo que vimos la mayoría de los presentes. Quizás Míchel, siempre impecable en lo que a su imagen y aspecto de refiere, puede que para dar aún más valor a su victoria (que cierto que lo tiene), vio en el juego del Sporting más virtudes de las que el equipo realmente ofreció. Rubi por su parte, maldijo la mala suerte que habíamos tenido y engrandeció la figura del portero rival, Kameni, quien es cierto que con dos intervenciones espectaculares (la segunda en un tiro a Víctor que todos intuimos que se colaba por la escuadra), fue el mejor de su equipo.

Siguiendo con la rueda de prensa, destacar las palabras de Míchel, también para referirse a la complicada situación del Sporting, en las que afirmaba que por juego e intensidad y utilizando un símil ferroviario, no veía para nada al equipo rojiblanco en una vía muerta. ¡Ojalá pudiéramos compartir todos su punto de vista! Es fácil elogiar a un rival y regalarle palabras amables, cuando sientes que ha dejado de ser un peligro inminente para los intereses del escudo que defiendes.

Y destacar igualmente la respuesta por parte de Rubi a la pregunta que al conocer la alineación, muchos nos hicimos: ¿Isma a la grada? Según el Sabio de Vilassar de Mar, negando cualquier tema extra deportivo, se justificó señalando que a tenor de las bajas, necesitaba para el banquillo posibles refrescos para una defensa cogida con pinzas, un centro del campo no menos pelado de efectivos y una delantera donde al decantarse por sorpresa por un cambio en su esquema, colocaba ya de mano a sus dos únicos delanteros pertenecientes a la primera plantilla disponibles. Vamos, que precisaba disponer de recambios para todas las líneas, lo que por otro lado, no me dirán ustedes si no suele ser lo habitual. Pero por eso mismo, puede que suene aún más incoherente prescindir del que sin duda es el jugador más polivalente de este equipo.

Sin querer aburrirles aún más con una crónica de lo que fue el partido en sí, permítanme solo algunos apuntes, a modo de pinceladas, sobre la actuación de nuestros jugadores.

Para empezar, que Cuéllar haya sido de los partidos en los que menos trabajo ha tenido, ya indica repito, la injusticia de un resultado demasiado generoso con los malacitanos.

En defensa, por tercer partido consecutivo, Babin fue el mejor, siendo él quien en no pocas ocasiones, se atrevió a salir con el balón jugado. Meré cumplió, pero quizás él mismo haya situado su propio listón tan alto, que siempre se le exija un poco más. En los laterales, mejor Canella a pesar de su desafortunado resbalón en la jugada del gol andaluz (¿pero quién marcaba luego a Sandro?), que un Lora que mostró las carencias de quien lleva tanto tiempo sin jugar, aunque a medida que pasaban los minutos, se fue asentando.

Por lo que se refiere al centro del campo, la ausencia de Vesga provocó que Cases sufriera especialmente. Mejor estuvo Sergio, contra el Málaga, el mejor de los canteranos. Por las bandas, Carmona buscó la pelota con ahínco hasta que tuvo fuerzas, mientras que Burgui pinchó en el partido en el que más debía hacer olvidar de una vez por todas a Jony (¡qué dolor ver suplente al ex del Sporting en un equipo triste como este Málaga).

Finalmente en la delantera, Carlinos se desgastó en una guerra de guerrillas para la que no reúne las condiciones necesarias. Él necesita de un compañero de viaje que sea quien desgaste a la defensa rival, para aprovechar luego esos balones muertos en el área, que es donde se mueve como pez en el agua. El problema es que Traoré no ese compañero de viaje ideal. Que fuera el costamarfileño el primer sustituido lo dice todo. Y lo cierto es que su sustituto, Ndi, en media hora aportó bastante más que el millonario fichaje del mercado de invierno. También aportó lo suyo Víctor (que entró por Carmona) y que de no ser por Kameni, bien pudo haber salido a hombros del estadio, merced a un espectacular lanzamiento desde fuera del área, al que el portero camerunés respondió con la parada del partido. Por último, Pablo Fernández, apenas si tuvo tiempo para participar de unos minutos finales, donde hasta Cuéllar buscó un gol para los resúmenes de Fin de Año, subiendo a rematar en un saque de esquina y con el tiempo ya cumplido.

Que a pesar de la derrota, gracias a la victoria del Madrid en Leganés (llamativa la frialdad con la que se celebraron los goles merengues dado lo que estábamos viviendo en El Molinón) y al empate entre Deportivo y Granada, seguimos teniendo opciones para la salvación, es tan cierto como el que este Sporting, como si del Juego de la Oca se tratara, cada vez que parece poder acercarse a la casilla final, cae en una de esas otras malditas casillas, que o le hacen retroceder en el camino andado o le tienen en el dique seco durante unas cuantas jornadas. Solo nos queda esperar que el próximo lunes, en San Sebastián, al volver a lanzar el dado, si no es por méritos del juego desplegado, al menos esta vez la fortuna nos sonría y podamos decir lo de 'de oca a oca y tiro porque me toca'. Aunque todo lo que no sea caer en la casilla de la muerte, podría entenderse hasta como algo positivo.

Aunque para positivo, que fueran ciertas las declaraciones de Losada esta semana sobre las intenciones reales de los Fernández y Fernández de vender al club a corto plazo. Por haber, hay quien cree todavía en los Reyes Magos.

Post Scriptum: llama la atención que quienes han corrido con el 50% de los gastos del busto de Anselmo López, renunciaran a estar presentes en la inauguración del mismo, habiendo sido invitados por el club. Del mismo modo que la Federación de Peñas excusó también su ausencia al acto en cuestión. Y es que hay fotografías en las que es mejor no aparecer en ellas.