Una calma tensa dominaba Mareo a última hora de la mañana de ayer. Sin el bullicio de los entrenamientos, sin futbolistas, sin aficionados y sin directivos, no se movía una hoja en la escuela de fútbol, donde el tiempo parecía detenido. A pesar del derrumbe en Anoeta, no habrá movimientos esta semana, que la directiva se ha tomado de reflexión. El horizonte inmediato lo marca Pamplona, próximo desplazamiento del Sporting a casa del colista de la categoría. La postura oficial del consejo de administración es que quieren agotar las pocas opciones de permanencia que le quedan al equipo y se entiende que un mal resultado El Sádar dejaría resuelto el futuro inmediato.

La realidad es que la figura de Nico Rodríguez ha quedado seriamente dañada. La actuación del Sporting en Anoeta, con siete futbolistas fichados esta temporada en el once inicial, acabó de dejar en evidencia la desastrosa planificación deportiva. La decisión de prescindir del director deportivo, al que le queda una temporada más de contrato, se asume como inevitable en la planta noble, donde los partidarios del relevo se cargan de argumentos.

La realidad es que, mientras el Sporting se lo piensa, los equipos de su entorno clasificatorio trabajan ya en el proyecto de la próxima temporada y han escogido a la persona encargada de dirigirlo. El nuevo director deportivo no lo tendrá fácil para lidiar con el costoso legado que le transmitirá Nico Rodríguez. La mala planificación deportiva no sólo condena esta temporada, sino que también compromete la próxima. Aún con los siete futbolistas cedidos que terminarán su vinculación el 30 de enero y con la salida de Xavi Torres, que termina contrato, el Sporting cuenta ya con veintidós futbolistas en plantilla para el próximo ejercicio.

La primera tarea del nuevo director deportivo pasará por aligerar el vestuario. Si se consuma el descenso de categoría, parece complicado retener a Jorge Meré, un futbolista para el que sería un paso atrás en su progresión volver a la categoría de plata. Su cláusula en Segunda se rebaja de 30 a 15 millones. El club cree también que algún jugador más con contrato podría buscar una salida, aunque para eso hacen falta ofertas. Como suele suceder, los que tendrían que irse serán los que se queden. Hay futbolistas llegados el pasado verano cuyo rendimiento ha estado lejos de las expectativas, pero que tienen firmados contratos largos. Para sacarlos, será necesario incentivar su marcha. Además, vuelven al club los cuatro futbolistas que tiene cedidos.

Es el costoso legado de Nico Rodríguez. La que estaba llamada a ser la temporada de la consolidación en Primera División del equipo, ha servido para rescatar viejos fantasmas y ha vuelto a enrarecer la relación entre el club, en particular su consejo de administración, y la afición, que se había logrado encarrilar en las temporadas anteriores.

La historia se repite y, una vez más, el nuevo director deportivo empezará su andadura con limitaciones. Esta vez no serán económicas, puesto que la salud financiera del club ha mejorado de forma evidente y el Sporting tendrá un tope salarial más favorable que este año (en caso de Segunda, será de los equipos más poderosos). El problema esta vez será lidiar con una plantilla que ya se va a encontrar superpoblada, pero con problemas de diseño.