Mientras retumban los ecos de la gran ocasión perdida en Pamplona, fecha que estaba señalada como el día de la gran remontada, el sportinguismo busca motivos para la esperanza. Y los encuentra en su pasado reciente. El Sporting se mira al espejo y se encuentra con que la situación de la temporada pasada era también muy complicada. Los rojiblancos se encontraban a falta de cinco partidos a un solo punto de la permanencia, que la marcaba el Granada.

El Sporting tenía por delante un calendario terrible que incluía las visitas a El Molinón de Sevilla, Éibar y Villarreal y los desplazamientos al Nou Camp y a Getafe, rival más que directo en la pelea por la permanencia. En un final de Liga frenético, el Sporting de los guajes fue capaz de sumar diez puntos de quince y logró la permanencia. También se salvó el Granada. Lo curioso del dato, el que los rojiblancos superaron en la clasificación al Rayo Vallecano, que los aventajaba en cinco puntos a falta de cinco partidos para el final de Liga. Para colmo, el Sporting tenía perdido el golaverage

La distancia actual es de cuatro puntos con el Leganés, pero a los de Rubi les basta con empatar a puntos con los pepineros. El primer objetivo de los rojiblancos pasa por situarse a tiro de un partido de su rival. El Sporting encara una semana vital tras su tropiezo en Pamplona, en la que recibe al Espanyol mañana y visita al Villarreal el viernes.

Rubi comenzó ayer un intenso trabajo psicológico con sus futbolistas para convencerles de que es posible alcanzar el objetivo. La plantilla salió muy afectada de El Sadar, por el poco premio del empate, por su mal partido y por la injusticia de las decisiones arbitrales que resultaron determinantes para evitar el triunfo rojiblanco.

Rubi aprovechó la sesión abierta al público de ayer, que fue regenerativa para los titulares, para mantener charlas individualizadas con los futbolistas que disputaron más minutos en Pamplona. El objetivo era doble: por un lado, conocer el estado físico y anímico de los jugadores con vistas al importante encuentro de mañana y por otro efectuar una trabajo de terapia psicológica para que el Sporting crea en sus posibilidades.

Las charlas del técnico comenzaron con el capitán Rober Canella y siguieron con hombres tan importantes como Cuéllar o Burgui. El extremeño es un futbolista al que Rubi quiere mimar, consciente de que le afecta sobremanera su estado anímico.

Rubi dispondrá únicamente de una sesión con toda la plantilla para preparar el encuentro ante el Espanyol, que de nuevo vuelve a ser determinante. El consejo de administración ha aplicado una política de entradas baratas para ayudar a generar un gran ambiente y compensar el mal horario (martes, 19:30 horas) que puede perjudicar a muchos sportinguistas que trabajen y especialmente a los que tengan que desplazarse desde fuera de Gijón.

El Sporting sigue teniendo pendiente un gran resultado al que agarrarse. Una victoria ante el Espanyol, en el partido más complicado de los que le quedan en casa, reforzaría de forma evidente la confianza del grupo. El tiempo se agota y el Sporting se acerca a la orilla muy lentamente. Se espera una reacción final de los rojiblancos que les permita alcanzar el objetivo.