Si en el minuto 89´ el remate de Burgui, que se envenena al tropezar en las piernas de un defensor del Espanyol, no se hubiera encontrado con la mano milagrosa de Diego López, a estas alturas estaríamos hablando de una situación muy distinta (con un titular también distinto) de en la que ahora mismo nos encontramos sumidos, pendientes y dependientes de lo que pueda suceder en el partido que habrá de jugar el Leganés. Había dicho Rubi que prefería empatar y que perdieran los pepineros, frente a la posibilidad de que pudiéramos ganar ambos; ellos y nosotros. Afirmación de Perogrullo, pero que a la que en estos momentos, no nos queda sino aferrarnos como a un clavo ardiendo, aunque sea complicado, habida cuenta de que Las Palmas no es que sea precisamente fuera de casa un equipo duro de roer, como lo ha sido por ejemplo este Espanyol en El Molinón. Pero ya casi es a lo único que podemos encomendarnos, además de a la Santina. Porque una victoria mañana del Leganés sí que nos dejaría con pie y medio en Segunda, si no con los dos. Por mucho que las matemáticas pudieran decir lo contrario.

Nadie discute que el Sporting de nuevo pudo hacer méritos para llevarse los tres puntos. Del mismo modo que los hizo frente al Deportivo o frente al Málaga; que no en el partido de Pamplona, donde solo un rival menor hizo posible salvar una derrota que hubiera sido sonrojante. Pero también de nuevo frente a los de Quique Sánchez Flórez, se ha hecho patente lo mucho que le cuesta a este equipo hacer goles y por el contrario, lo poco, muy poco, que necesita el rival para perforar nuestra portería.

El gol que falla Cop (nuestro máximo goleador) avanzada la segunda parte, a apenas un par de metros de la portería, completamente solo y golpeando al aire, no es más que la enésima prueba de la ineficacia goleadora de este Sporting. Y mientras, el fichaje del casi millón de euros, el fichaje ´top´, sigue en el dique seco. Aunque a decir verdad, no es que tampoco hubiera navegado mucho. De hecho, se irá de aquí sin que sepamos si flota siquiera.

Otro aspecto que resulta una muestra palpable de nuestras enormes dificultades para ver portería, son los saques de esquina. Quién sabe si en uno de los próximos programas de Cuarto Milenio, pudiesen desvelar el misterio acerca de a dónde van a parar todos los balones botados desde esa posición.

Pero al final, queramos o no, se ha de volver a la misma historia de siempre: para este viaje, no hacían falta tantas alforjas. Nada menos que catorce, incluyendo un tercer portero. Ahí es nada. Porque díganme ustedes si es posible que en Mareo no exista un lateral derecho que mejore a Douglas. Repito: un lateral derecho, o sea un defensa. Y es que el jugador cedido por el Barcelona, sobre el que Dios me libre cargar todas las culpas, defender, lo que se dice defender, coincidirán conmigo que más bien poco. Lo volvió a demostrar contra los ´periquitos´ y lo había hecho en Pamplona. Es un jugador que actuando con tres centrales y él como carrilero, todavía funciona. Pero como lateral puro, es un auténtico peligro para la propia portería. Pero lo mismo que decimos del brasileño, se podría decir también de otros jugadores como Babin, Amorebieta (¿tampoco hay centrales que mejoren a estos en la casa?), Viguera, Afif, Xavi Torres o Víctor. Este último en honor a la verdad, frente al Espanyol, cuajó uno de sus mejores partidos, todo sea dicho ¿Y dónde está Whalley, que no Wally? Ídem de ídem: ¿no valía un portero del filial para la eventual e infrecuente ausencia de uno de los dos porteros de la primera plantilla? Parece ser que no. No les parezca raro que por todo esto, haya luego quienes piensen en intereses extraños para haber traído a tal número de jugadores.

Capítulo aparte merece Burgui, quien ha pasado por ser a partir del partido precisamente jugado en Butarque, uno de los jugadores claves o más desequilibrantes de este equipo. Aunque apelemos a las mismas matemáticas a las que ahora recurren los más optimistas (cada vez menos): ¿cuántos goles ha marcado el extremeño en lo que va de temporada? ¿Son esos números para un interior izquierda, que quiera ser de verdad protagonista principal de su equipo? Las comparaciones son siempre odiosas, pero en este caso, más aún si cabe. Ya se imaginan con quién. Sí, han acertado: con Jony. Duele ver al de Cangas de Narcea relegado al banquillo en Málaga, mientras aquí se le dejó escapar sin apenas plantearle una contraoferta digna. Cosas del ´desaparecido´.

Y frías matemáticas son también las que señalan que desde su llegada al banquillo, Rubi ha logrado únicamente dos victorias. Recuerden lo que siempre les digo: las buenas impresiones (como la que se ha podido dar contra el Espanyol) no suman puntos. Así que se podrá decir que con Rubi el equipo juega peor o mejor. Pero con Rubi lo cierto es que los puntos son los que son. Así, quedarán para nuestras fabulaciones, qué hubiera ocurrido si al anterior entrenador, en lugar de hacerle la cama (con colcha y todo, algunos dentro y otros fuera del vestuario), le hubieran traído solo a Vesga. No digo más: solo al vasco. Lástima tener que quedarse con la duda.

En resumen: poco más se puede decir. Nuevo empate, insuficiente para el Sporting. Aunque esto es fútbol y ya se sabe: lo mismo tras el Leganés Las Palmas, lo damos hasta por bueno. Iríamos entonces a Villarreal a ver si por un casual, a la quinta fuera ya sí, de una vez por todas la vencida. Porque a la cuarta, tampoco.

Post Scriptum: ¿habrá sonado o sonará tras el partido del Sporting, algún teléfono ´amarillo´?