Este Sporting no tiene defensa. Se sabe desde hace tiempo, pero se confirma cada semana. La llegada de Rubi, que tampoco ha sabido sacarle el jugo a esta plantilla, casi calca los números logrados por Abelardo. El cambio de entrenador fue una mala solución que vino a completar, junto con los decepcionantes fichajes de enero (con la excepción de Vesga), la nefasta planificación de esta temporada. Se fracasó en el intento de renovar al esqueleto del Sporting de los guajes, se diseñó un equipo sin espíritu y con evidentes carencias, con posiciones mal cubiertas y sin futbolistas de determinado perfil. Se hizo todo mal, pero no hay consecuencias.

También el consejo tiene su cuota de responsabilidad. Al abrigo de los éxitos deportivos, toleró la nada disimulada guerra entre Nico Rodríguez y Abelardo, en lugar de apostar por el héroe del ascenso y la insospechada permanencia. La goma que estiraban el entrenador y el director deportivo reventó en la cara del sportiguismo, que había vuelto a ilusionarse con un equipo en el que sí se veía reflejado. No ha sido fácil tener ese sentimiento con el Sporting de los dieciséis fichajes.

Los errores cometidos en verano se agravaron en enero. Nico escogió a Rubi, un técnico con un estilo de juego que no concuerda con el de Abelardo y, por lo tanto, tampoco con las características de la plantilla diseñada por el Pitu. La mano de Rubi se notó pronto, ya que muchos jugadores agradecieron el relevo en el banquillo. El técnico aportó cosas interesantes en el estilo de juego, aspectos que entran por el ojo del aficionado. Pero fracasó en el diseño táctico del entramado defensivo del equipo. Ni con una línea de cuatro, ni con la de cinco, el Sporting pudo sentirse seguro. La confianza en Rubi ha decaído también dentro del club por su gestión de los últimos partidos. Criticado por tardar en hacer los cambios, ayer los agotó en el minuto 66, mientras el martes no hizo el primero hasta el 70.

El proyecto parece agotado, pero el consejo de administración se muestra pausado a la hora de hacer movimientos. No se entiende la demora, la ventaja que se está concediendo a otros equipos que pueden ser rivales directos la próxima temporada. En situaciones se exigen hombres de acción. El Sporting atraviesa un momento más que delicado en el plano deportivo y es urgente que Javier Fernández mejore su tino en la elección de personal. Si como dice, el aspecto económico no va a ser un problema la próxima temporada, la clave estará en acertar con el encargado de diseñar el proyecto. Cuanto antes se inicie la búsqueda más posibilidades habrá de acertar.