Una de las primeras críticas que recibió la plantilla del Sporting para esta temporada era que se habían fichado muchos jugadores procedentes de equipos que habían descendido. Los peores augurios se cumplieron. Lo cierto es que la plantilla rojiblanca incluye algunos "especialistas" en descensos. Es el caso de Víctor Rodríguez, que encadena cuatro pérdidas de categoría consecutivas (todas en Primera División), pero también del portero Diego Mariño y del entrenador Rubi (en estos casos, los descensos se han producido en distintas categorías). La plantilla rojiblanca tiene una amplia experiencia en descensos, pero también en ascensos. El caso más loable es el de Isma López. El navarro es el único rojiblanco que tiene un saldo positivo en su carrera con dos ascensos y un descenso. El caso más esperanzador es el Xavi Torres, que tiene la experiencia de perder la categoría con el Betis y recuperarla al año siguiente.

Bien es cierto que existen algunos eximentes en la mala trayectoria de algunos futbolistas. Por ejemplo, en el caso de Víctor Rodríguez, el descenso que sufrió con el Elche fue administrativo y no deportivo, después de que el conjunto franjiverde terminase aquella temporada en el decimotercer puesto, con seis puntos del descenso sobre el Éibar, antepenúltimo clasificado.

También tienen eximente los casos de Moi Gómez y de Diego Mariño, compañeros ambos en el filial del Villarreal en la temporada 2011-12. El filial castellonense terminó la temporada duodécimo en Segunda División con 52 puntos, seis por encima del Sabadell, cuarto por la cola. El inesperado descenso del Villarreal en Primera División arrastró a su filial a la categoría de bronce.

Un caso curioso es el del tercer portero, Óscar Whalley, inédito esta temporada, que ya vivió una situación calcada en el filial del Zaragoza en la campaña 2012-13, cuando bajó de Segunda B.

Los altibajos del Sporting no se limitan al ámbito español. Duje Cop perdió la categoría en el Cagliari italiano y Fernando Amorebieta hizo lo propio en el Fulham inglés. En el sentido contrario, el atacante catarí Akram Afif logró un ascenso a la máxima categoría del fútbol belga con el Eupen, en el que coincidió con el delantero asturiano Luis García (que ahora actúa como centrocampista en este mismo equipo).

En el capítulo de entrenadores destaca la mala fortuna de Rubi. El técnico vivió en Gijón su cuarto descenso en los banquillos. Los dos primeros fueron en Segunda B con el filial del Espanyol y con el Ibiza. En las dos últimas temporadas encadena dos pérdidas de categoría con el Levante y el Sporting. En los dos casos tiene el eximente de que asumió equipos ya hechos, diseñados para otro técnico y que no estaban funcionando.

También hay muchos futbolistas en la plantilla para los que este descenso ha sido la experiencia más traumática de su carrera. El reto que comparten todos los que sigan en el vestuario rojiblanco es el de regresar a la máxima categoría la próxima temporada. Para ello, la mayoría tienen experiencia previa en ascensos.