"Mi sensación es que el equipo mejoró, pero de manera insuficiente". Rubi defiende el trabajo realizado en el Sporting junto a su cuerpo técnico, a pesar de que no se ha conseguido la permanencia, objetivo por el que fue contratado en enero. "De llegar al inicio de la temporada creo que lo hubiéramos conseguido, porque creo en mi trabajo. En todo caso, hemos hecho 18 puntos, han sido pocos, y eso es responsabilidad mía", admite el catalán. Asegura estar capacitado para liderar el proyecto del año que viene y devolver al conjunto gijonés a Primera, aunque parece complicado que sea el elegido. "Me gustaría seguir en el Sporting. Si el club está convencido de que hay gente válida en el cuerpo técnico, adelante, pero si hay alguna duda, estaríamos condenados al fracaso", subraya. Una disposición que Rubi no liga a la situación de Nico Rodríguez, director deportivo, que tiene las horas contadas.

"Nunca cambiaría a un entrenador salvo que éste pierda la confianza de la plantilla, e intuyo que los jugadores creen en mi trabajo", subraya Rubi. El catalán apura las posibilidades de seguir en Gijón, a donde llegó avalado por Nico Rodríguez. "Mi idea no cambiará", advierte sobre su intención de quedarse en el Sporting llegado el caso de que a Rodríguez le despidan. "Puede darse un día que Nico no esté y yo sí, de la misma forma que se habría podido dar que él me tuviera que destituir. Los dos sabemos cómo va esto", explica.

"El club no me ha citado para ninguna reunión", apunta antes de asumir que "los acontecimientos se precipitarán pronto y lo que tenga que ser, lo aceptaremos con dignidad. Para mí es un privilegio estar en el Sporting". Rubi cree que tiene ventaja respecto a otros entrenadores por el hecho de conocer ya al equipo. "Ya tenemos unos mecanismos y es más fácil que los entrenadores con continuidad obtengan resultados", argumenta. Además, considera que no faltan mimbres para ascender. "Tenemos una plantilla que ha demostrado que se podía salvar y para Segunda es excelente. Da garantías de estar arriba", sentencia.

Rubi siente el respaldo del vestuario, aunque reconoció que no todos están con él ni todos han dado el nivel. "Es obvio que en un grupo de 27 jugadores es muy difícil que todos estén contentos, pero el Sporting tiene un buen vestuario en líneas generales", señala, antes de apuntar que "es cierto que algún jugador podía haber dado más o actuar de otra forma". El barcelonés personaliza en la figura de Traoré. "Tiene mejores condiciones de las que ha demostrado. No todo es responsabilidad nuestra. Intentas ayudar y acelerar el proceso, pero cada uno tiene su vida y no es tan fácil", explica.

En cuanto al partido de mañana, el técnico rojiblanco asegura que toma "muy en serio" la último jornada de Liga, en el que no se jugarán nada ante el Betis, ya que incluso no caerá más abajo del puesto 18. En que lo afronte como un encuentro de tanta importancia como los anteriores se apoya para justificar que haya fijado tres entrenamientos a puerta cerrada esta semana. "Lo hacemos así porque seguimos nuestra hoja de ruta y no quiero que el rival tenga información nuestra. Afronto el partido con la ilusión de ganar", subraya. Avisa de que no hará muchos cambios respecto al once habitual, pero que se plantea "algún cambio para premiar a algún futbolista". Lo que Rubi tiene claro es que no se encontrará con el mejor ambiente posible en El Molinón. "Creo que nos van a recibir un poco enfadados. La afición es soberana y su estado de ánimo es la realidad y la verdad. Lo tienen que manifestar. No va a ser fácil para nosotros, pero igual nos lo hemos merecido. No puedo reprochar nada. Nos han ayudado más de lo que les hemos dado", concluye el entrenador del Sporting.