Una de las mayores sorpresas de la mañana de ayer fue la de encontrar en Mareo a Rubi y algún miembro de su cuerpo técnico, como el entrenador de porteros, el asturiano Diego Tuero. El técnico sigue en Gijón, a la espera de que su hijo termine el curso escolar, y también en espera de que el club comience su planificación y sepa si seguirá o no en el banquillo. Rubi acudió a la escuela de fútbol por la mañana, pero no se dejó ver por la oficina y tampoco coincidió con nadie de la planta noble. El entrenador acudió al edificio de vestuarios, donde el cuerpo técnico tiene su oficina. Quién sí estuvo arreglando algunos asuntos en el edificio de cristal fue Diego Tuero, aunque tampoco coincidió con los responsables de la entidad. La incertidumbre es la nota dominante también para el cuerpo técnico del Sporting, que sigue a la espera de conocer la identidad del nuevo director deportivo y ver si cuenta con ellos para su nuevo proyecto. Tras el descenso, Rubi y sus ayudantes terminan contrato a final de junio, ya que tenían un año más en caso de permanencia. Parece probable que el nuevo responsable de la parcela técnica apostará por un entrenador de su confianza y en el consejo también han brotado las dudas sobre Rubi por su gestión del tramo final de Liga.