Uno de los escenarios importantes de la nueva planificación deportiva del Sporting es el Ayuntamiento de Gijón. Como es lógico, los intereses del Consistorio y del equipo de la ciudad se relacionan en muchas ocasiones. El contacto entre las partes es fluido y ha salvado ya escollos peliagudos. La relación actual se centra en cuatro puntos principales, aunque el centro del interés está en el concierto que se ha programado en El Molinón para el próximo 23 de julio y que todo apunta a que será trasladado a otro escenario para no complicar el normal desarrollo de la actividad futbolística.

El Sporting inició esta semana las obras de mejora del césped del campo y de sus sistema de riego y drenaje, con un coste que ronda los 100.000. Como es natural, el Ayuntamiento ha estado informado de todos los pasos de este proceso. Primero como propietario del campo, que tiene alquilado al Sporting, y también al tramitarse las pertinentes licencias que cualquier obra requiere. El Sporting necesitaba con urgencia acometer ya esta obra. El césped no se levanta desde hace 18 años y sigue dañado desde las obras de mejora del estadio, que le afectaron de una forma evidente. Además, tenía que ser este año, porque el proceso requiere de cuarenta días, y el interminable calendario de Segunda División permite pocas alegrías. No parece lógico que pocos días después de la siembra, se celebre un concierto multitudinario en el campo. Como el Ayuntamiento era consciente de todo el proceso, se da por seguro el cambio de escenario de la actuación musical.

Otro asunto de interés es el final del convenio de patrocinio de la camiseta rojiblanca. El Ayuntamiento de Gijón dejará de ser el anunciante principal del Sporting, que busca patrocinadores privados más rentables (cosa que se complica tras el descenso). Desde el club se mantiene el deseo de que el nombre de Gijón siga apareciendo en algún punto más discreto de la camiseta, algo que habrá que acordar también con el Consistorio.

El tercer punto de unión sigue siendo el pago de la recompra de las marcas del club, cuyo último plazo termina en 2018 y que el Sporting va cumpliendo escrupulosamente.

El círculo lo cierra la recompra de Mareo. Un proyecto que Javier Fernández siempre ha tenido en mente desde que tomó las riendas del club, pero más como un objetivo a medio plazo. El descenso a Segunda División descarta cualquier posibilidad de que el Sporting aborde ahora la recompra de los terrenos que ocupa la Escuela de Fútbol de Mareo. En su pasado reciente, el Sporting ha jugado algunos partidos cruciales en la casa municipal.