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El análisis de la plantilla | Castro

El eterno reto de ser el delantero titular

El de Ujo anotó cuatro goles en 25 partidos en una Liga en la que saltó de inicio sólo en diez duelos

El eterno reto de ser el delantero titular

Ser el delantero más rentable de la plantilla, en la relación de goles por minutos jugados, no ha sido suficiente. Carlos Castro (Ujo, Mieres 1-6-1995) inició y terminó la temporada sin consolidarse en el once titular del Sporting. A la sombra de Cop y Viguera, durante la etapa de Abelardo, y con competencia añadida desde que el desembarco de Rubi en el banquillo incluyera la incorporación de Traoré, el canterano ha ido viviendo a través de fugaces apariciones. La campaña se cierra con números casi idénticos en cuanto a participación respecto al año anterior, aunque con menor acierto de cara a la puerta contraria. Cuatro goles hizo en esta campaña, por los siete sumados en la anterior.

Le persigue el cliché de ser un tipo de jugador destinado a aprovechar los descuidos de la segundas partes, de explotar su picardía para aparecer en el lugar más oportuno cuando los minutos pasan factura en las piernas y la cabeza del contrario. Carlos Castro no ha conseguido esta temporada dar el salto cualitativo de crecer en número de titularidades, aspecto que lleva reclamando durante las últimas temporadas. Primero, con Abelardo, incluyendo la petición de que se le dejara salir en diciembre en busca de más confianza lejos de Gijón. Después, con Rubi, quien alabó sus cualidades, pero no acabó de traducir sus palabras en una apuesta sólida sobre el verde. A favor del catalán hay que decir que con él encadenó el mayor número de encuentros desde el inicio, un total de cuatro jornadas consecutivas.

La campaña se completa con 25 participaciones y diez titularidades, y hace un año, Castro también tomó parte en 25 encuentros, siendo solo en siete de ellos de la partida. Jugador querido por la grada, Carlos Castro no ha tenido la suerte esta campaña de que sus goles terminaran celebrados con victorias. Sólo uno de los cuatro que anotó a lo largo de los 25 encuentros en los que tomó parte hizo que el equipo se llevara algún punto. Fue durante el empate ante Osasuna en El Sadar (2-2). Una igualada ante el colista, lograda en los últimos ocho minutos de partido, en la que tanto él como Canella demostraron que los de casa suelen ser siempre los encargados de sacar los castañas del fuego en los peores momentos.

El descenso a Segunda División parece convertirse en un oportunidad para que Carlos Castro acabe de ganarse el sitio que siempre ha reivindicado. También para que exprima este nuevo escenario para explotar otras cifras, tanto a nivel de participación, como en lo referente a las estadísticas goleadoras. En su última campaña en la división de plata, la del ascenso, hizo nueve tantos, disputó treinta encuentros, y fue titular en once. Fue también el año en el que fue llamado por la selección española sub-21.

La llegada de Torrecilla a la dirección deportiva, un hombre que ha seguido su evolución durante los últimos años, también puede desatascar la intención del club de ampliar su contrato, que expira el año que viene, y darle el último espaldarazo para que la mejor versión de Carlos Castro acabe de disipar cualquier tipo de duda.

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