Uno de los grandes males que castigaron al Sporting al descenso a Segunda División fue su escaso acierto en el capítulo de incorporaciones. Una dinámica que incluso empeoró en el mercado invernal. Entre los tres fichajes realizados por el conjunto rojiblanco durante el pasado mes de enero se encontraba Elderson Echiejilé. Llegó a Gijón cedido por el Mónaco, al igual que la otra decepción del mercado invernal, Lacina Traoré. Fue un refuerzo extraño desde el principio, ya que venía para ocupar el lateral izquierdo, puesto en el que ya figuraban Canella e Isma López. Lo que se presumía como un esfuerzo para fortalecer esta posición, terminó siendo un fichaje totalmente innecesario. Disputó sólo tres partidos.

La prácticamente nula participación de Elderson desde su llegada a Gijón no impide que la estadística haga un guiño a su etapa en el Sporting. Y es que se le adjudica un gol que parte de una acción protagonizada en Anoeta, en la que marcó gracias a desviar un balón que, aparentemente, no quería tocar. Los técnicos defendían tras el mercado invernal que Elderson era un futbolistas que venía a añadir más presencia física y además contaba con experiencia en competición europea, experiencia que podría ser útil en el cometido de lograr la permanencia de Primera División. El paso de las jornadas y su escasa participación hizo cambiar el discurso.

El poco papel del internacional nigeriano llevó a que se valorase su incorporación como un aspecto clave en el rendimiento del resto de sus compañeros. En este apartado, el mismo Rubi subrayó el crecimiento de Canella en la segunda fase del campeonato destacando que una de las causas fue la exigencia de tener como competencia a Elderson. Incluso rompió una lanza a su favor asegurando que era un buen futbolista, a pesar de no haber contado con muchas oportunidades. El africano completó su etapa en el Sporting con 198 minutos disputados, siento titular en la visita al Barcelona y a la Real Sociedad. El otro partido en el que tomó parte fue durante el empate ante el Valencia en Mestalla. La afición le recordará como un jugador intranscendente.