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Bravura navarra para el Sporting

El lateral, uno de los ídolos de la afición, perdió protagonismo desde la llegada de Rubi al banquillo

Isma López conduce el balón en un entrenamiento. J. J.

En un vestuario sin un liderazgo definido como era el del Sporting de la temporada pasada, el carácter, la bravura, corría a cargo de Ismael López Blanco (29-1-90, Pamplona). Circula el comentario entre el sportinguismo de que un equipo con once Ismas López hubiera conseguido la permanencia. Al menos, eso seguro, hubiera sido mucho más sencillo para la afición del Sporting identificarse con él. Más allá del análisis de sus cualidades futbolísticas y del debate sobre su ubicación más adecuada sobre el césped, Isma López es una garantía de trabajo, de compromiso y de orgullo de defender la camiseta del Sporting. Lo que no es poco, en un equipo en el que muchos elementos han estado bajo sospecha de poca implicación.

La de Isma López en el Sporting ha sido una historia de superación. El navarro llegó como hombre de ataque, pero enseguida se quedó fuera de los planes de los técnicos y fue señalado, por el propio Abelardo, como un descarte. Isma escogió quedarse y pelear. No se resignó siquiera cuando acabó entrenando como lateral izquierdo para completar las sesiones. Tanto es así, que terminó como titular del puesto por delantero de otros especialistas.

Isma López fue decisivo en el ascenso del Sporting y una pieza importante en la permanencia de la temporada pasada. Paralelamente fue ganando peso en el vestuario y su voz se convirtió en una de las más autorizadas de la plantilla por la claridad, la contundencia y la sensatez habitual de sus mensajes. Sin embargo, esta temporada, al igual que le sucedió al equipo, el rendimiento de Isma López decayó y se vio desplazado de la titularidad por el resurgir de Canella.

Los problemas se agravaron para el navarro con la llegada al banquillo de Rubi. El catalán no le veía como un lateral izquierdo y por delante la competencia era feroz, más aún tras la explosión de Burgui en Leganés. Con la misma naturalidad con la que había aceptado el puesto de titular, Isma López asumió la suplencia. Mantuvo muy alto su nivel de implicación y ayudó al equipo en todo lo que estuvo en su mano. Incluso después de consumarse el descenso volvió a dar otra lección de sensatez.

A la espera de ver qué decisión tomar sobre él Torrecilla y Paco Herrera, no parece que la continuidad de Isma a López la próxima temporada esté en entredicho. Más allá del rendimiento que pueda ofrecer sobre el campo, el navarro puede ser un futbolista importante en la gestión del vestuario, un buen ejemplo para los jóvenes talentos que asomen del filial, y un digno miembro de la comisión de capitanes si se confirman las salidas que llevan semanas insinuándose.

Otra cuestión será su ubicación sobre el césped. Isma López ha demostrado que es un jugador peligroso cuando llega por sorpresa y que, en Segunda División, puede desempeñarse perfectamente como lateral izquierdo. Este debate no se resolverá hasta conocer el criterio de los nuevos técnicos de la casa. Otra cuestión a manejar es que tampoco conviene que al navarro le suban demasiado las pulsaciones, el técnico debe controlar excentricidades como la del primer partido de la temporada pasada, cuando se empeñó en lanzar un penalti ante el Athletic que falló. Isma López es un futbolista muy aprovechable para el Sporting.

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