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El análisis de la plantilla | Xavi Torres

Una solución de urgencia que no arregló nada

Xavi Torres no encontró en Gijón la continuidad que vino a buscar y completó una temporada gris

Xavi Torres conduce el balón en un entrenamiento. J. J.

La forma en la que se produjo su llegada al Sporting y las insinuaciones que siempre le persiguieron sobre un supuesto favor al Betis negado por todas las partes, pesó como un lastre en su rendimiento. Xavier Torres Buigues (21-11-86, Jávea, Alicante) llegó al Sporting con la temporada prácticamente iniciada. Abelardo había reclamado durante todo el verano un centrocampista físico y con experiencia que dotará de músculo la franja central del equipo. Ninguna de las operaciones propuesta fructificó y la amenaza del cierre de mercado agilizó la llegada a Gijón del alicantino. El único de los dieciséis fichajes rojiblancos que firmó únicamente por una temporada (al margen, claro, de los cedidos).

Lo primero que le vino a la mente al sportinguismo fue el recuerdo del golazo que Xavi Torres hizo para el Betis en El Molinón en la temporada del ascenso. Esto fue lo mejor que se dijo del nuevo centrocampista del Sporting, que llegó también con fama de futbolista de buen toque y de tener escuela Barça. La sospecha sobre su estado físico ocupó pronto todo el protagonismo. Las lesiones han castigado con dureza a este futbolista y han limitado el desarrollo de sus cualidades. También se dijo que el Sporting le hacía un favor al Betis asumiendo su incorporación. Desde las oficinas de Mareo se aseguró que el futbolista había salido barato porque ya había cobrado parte del año al Betis. De lo que menos se hablaba era de sus condiciones futbolísticas.

Y así siguiendo durante buena parte de la temporada. A Xavi Torres le persiguieron fantasmas del pasado y un presunto juicio por amaño de partidos en una etapa anterior suya se coló en la de por sí saturada actualidad rojiblanca.

Es cierto que Xavi Torres no resultó ser el centrocampista de jerarquía que reclamaba Abelardo y que tanto el Pitu como su sucesor Rubi pidieron que se reforzase el centro del campo en el mercado de invierno, pero también lo es que el alicantino mostró oficio en algunas apariciones y no fue el mayor de los problemas del equipo.

Lo que le faltó a Xavi Torres fue continuidad, especialmente tras la llegada de Vesga que se convirtió en indiscutible junto a Sergio. Lo que le sobró fue la excentricidad de Rubi en San Mamés, donde el alicantino estaba despachando un buen encuentro hasta la lesión de Babin. Rubi había ignorado a Juan Rodríguez en la convocatoria y también obvió la posibilidad de situar a Lillo como central. Improvisó con Xavi Torres ante un equipo tan fuerte como el Athletic, que logró darle la vuelta al encuentro y defender tres puntos que tenía en entredicho. Aquella decisión marcó tanto al técnico como al futbolista.

Xavi Torres siempre ha sido, quizá por su experiencia, un hombre sensato en sus manifestaciones. Cuando se acercaba el final de temporada y consciente de que se terminaba su contrato, no tuvo reparos en manifestar su deseo de seguir en Gijón, incluso en Segunda División. Torres se mostró dispuesto a esperar por el Sporting un plazo razonable de tiempo. Parece evidente que su futuro está lejos de El Molinón.

Xavi Torres paso inadvertido durante su etapa en Gijón. Bien es cierto que su rendimiento estuvo parejo al nivel medio demostrado por el equipo. Fue uno de esos fichajes que no vinieron a mejorar lo que había en el vestuario. Sobre el césped alternó la posición de pivote defensivo con la de interior, con Vesga por detrás en la etapa de Rubi, pero siempre con planteamientos en los que el técnico buscaba fortificar el equipo o aguantar un resultado.

Xavi Torres vendría a ser eso que se llama un centrocampista de posición, que tuvo poca llegada al área rival. Tampoco destacó en las acciones de estrategia. El suyo fue un fichaje gris y precipitado, a tono con la mayoría de los que se realizaron en una temporada calamitosa que acabó con el Sporting en Segunda.

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