La suya es una historia que conmueve. José Alberto López Menéndez (Oviedo, 21-5-82) es el técnico que ha subido al filial del Sporting a Segunda B, un currante del fútbol, un apasionado de este deporte, una buena persona, que se ha ganado a pulso llegar donde está y que se emociona al dedicarles este éxito a su suegro enfermo y al recuerdo imborrable de su padre. Para aceptar el reto de ascender al Sporting B pidió una excedencia laboral en Ikea, donde alternaba el trabajo con los entrenamientos a equipos de base, que vence el próximo 5 de julio. Espera no tener que recuperar la plaza porque pueda seguir entrenando a nivel profesional, pero anuncia que "no se me caerían los anillos".

¿Quién es José Alberto? "Éste ha sido mi primer año profesional. Hasta ahora he compatibilizado el fútbol con mi trabajo en Ikea, donde tengo una excedencia que caduca el 5 de julio. Me gustaría no tener que volver a usar mi plaza laboral porque sería una buena señal, pero tampoco se me caerían los anillos. Soy una persona muy normal, muy cercana a mi gente y que he pasado por todas las categorías. Empecé a entrenar en el Astur con chavales de 4 años, llegamos a ser subcampeones de España".

Un sportinguista de Oviedo. "Nací en una familia con disparidad de simpatías. Toda la parte de mi padre es de la cuenca del Nalón y es muy sportinguista. Vivíamos en Oviedo por motivos laborales, uno no elige donde nace. Siempre fui del Sporting, aunque jugué en categorías inferiores del Oviedo, como mi hermano. Estoy muy contento de estar donde estoy y ojalá pueda seguir muchos años".

Su etapa como futbolista. "Jugué en Tercera División, pero con veinte años tuve un brote reumático y me aconsejaron dejar de jugar. Ahora estoy bastante controlado. Coincidió que ese año era el primero que ya estaba entrenando y pude ver las cosas diferentes. Lo pasé mal porque me gustaba mucho jugar y el ambiente de vestuario".

La celebración del ascenso. "Fue con todo el equipo. El club organizó una cena y estuvimos todos juntos tomando algo después".

La alegría del año. "Ha sido importante dar una alegría a toda la gente que sufre con el Sporting, porque el fútbol nos da muchas veces más tristezas que alegrías. Es un día para estar muy contento por el objetivo conseguido. Hemos peleado muy duro para cumplir lo que el club nos había marcado y hoy toca estar orgulloso por una temporada muy exitosa".

Identificación con el filial. "Sobre todo, porque somos gente normal. Parece que en el fútbol y en la vida cobra más relevancia hoy el ser extravagante o arrogante. Nos olvidamos de que ser normal, ser cercano y ser persona, está por encima de todo. Está claro que la gente se identifica muchísimo más con los jugadores de Mareo, pero es imprescindible traer gente con calidad y experiencia para que ayuden a dar ese último paso de la formación y a competir mejor. Hemos jugado casi todos los partidos con cuatro juveniles en la alineación titular".

Felicitaciones. "Muchísimas. No he podido contestar todavía a todos los mensajes que he recibido y estoy muy agradecido. La más especial es la de mi suegro, perdona que me emocione, que está enfermo. Perdí a mi padre hace cinco años por un tema parecido y se me viene todo a la cabeza. Me llegaron mensajes desde Venezuela, de los cuerpos técnicos de Abelardo y de Rubi. Es algo que siempre enorgullece".

Y del club. "Sabíamos que era muy importante para el club recuperar esa categoría. Para los chavales de Mareo, estar a sólo un peldaño del primer equipo es también muy importante. No es fácil de conseguir sabiendo que tienes que ganar desde el primer día. Creo que se ha logrado de una manera muy brillante. Muy poca gente apostaba a que seríamos capaces de subir yendo a tres eliminatorias".

¿Cuándo lo vio peligrar? "Hubo momentos muy difíciles, no fue sencillo. En enero, después de empatar en Ceares, nos quedamos a seis puntos del liderato. El empate en Tineo? No hemos perdido mucho, sólo dos partidos en Liga y dos en la fase de ascenso, pero no ha sido un año fácil por el poco margen de error. Es complicado vivir con esa tensión".

Vio que podían lograrlo cuando... "El partido más importante del año fue el de Pola de Lena. Una derrota nos hubiera dejado muy tocados y perdíamos dos a cero al descanso. Volteamos el partido en el añadido y fue muy importante psicológicamente".

El recuerdo de cómo recibió este encargo. "Nico y Manolo me dijeron que querían que cogiese el filial y que hiciese un año lo más bonito posible para el retorno a Segunda B".

¿Le han propuesto renovar? "No. Sé que esta semana hablarán conmigo y estoy a la espera de lo que el club decida. Por nuestra parte, creo que hemos hecho el trabajo que se nos ha pedido. No sólo a nivel de resultados, también a nivel formativo. El club tiene que decidir sobre nosotros".

¿Le han tentado de otros equipos? "No he hablado nada con mis representantes, sé que hubo alguna posibilidad, pero estaba centrado en lo que tenía que estar que era el ascenso. Mi intención es clara, estoy en mi casa, en mi club y quiero seguir creciendo como entrenador en una categoría muy bonita".

Dentro de cinco años... "Me gustaría estar viviendo del fútbol, de lo que es mi pasión y mi vocación, que es entrenar. Tengo 35 años, soy muy joven, me estoy formando y no tengo prisa".

El gran sueño. "Cualquier entrenador que empieza tiene el sueño de dirigir a su equipo".