"A mi tío también le tocó hacer la ofrenda como benjamín del equipo". Pelayo Suárez, sobrino del exrojiblanco Monchu e hijo del también futbolista del conjunto gijonés Juanma, asume con orgullo haberse convertido en uno de los protagonistas de la ofrenda del Sporting a la Santina. Quiere ir más allá. El canterano reconoce su ambición por seguir subiendo escalones, una progresión para la que cuenta con el apoyo de Paco Herrera. El entrenador rojblanco reconoce que el joven central tiene condiciones, pero ya dejó caer que necesita dosificar su intensidad. "Soy joven, me queda muchísimo por aprender. Tengo que controlar mis impulsos y cualquier consejo que me da el míster lo absorbo de la mejor manera posible para cumplir mi sueño: ser futbolista", afirma el gijonés.

"Me tomo la pretemporada como un paso para evolucionar", comenta Pelayo Suárez sobre sus continuas conversaciones con Herrera sobre el campo. Los diálogos entre entrenador y jugador han sido frecuentes e incluso prolongados durante estas primeras semanas de entrenamientos. El rojiblanco parece dispuesto a apurar cada minuto. "El míster es cercano y le agradezco que sea así conmigo. Tiene mucha experiencia e intento seguir lo que me dice", comenta.

El puesto de central es uno de los demandados este verano en el Sporting. Las salidas de Meré y Amorebieta han dejado libres, al menos, dos plazas que han derivado en la contratación de Barba y la posible llegada del colombiano Juan Quintero. Pelayo Suárez modera sus ganas cuando se le habla de la opción de debutar en el primer equipo. "No pienso ahora en eso. Quiero es disfrutar de esta experiencia. Lo que me planteo ahora es hacer un buen año en el Sporting B, aunque por supuesto que quiero ponerle las cosas muy complicadas a Paco para decidir. Hay que ir poco a poco, vamos a controlar los impulsos de los que él habla", bromea el gijonés.