El descenso a Segunda hará que el Sporting tenga que volver a coger carretera y manta y subirse al autobús para efectuar los desplazamientos. Es cierto que la situación económica es mucho más favorable que en anteriores descensos, pero el presupuesto con el descenso ha disminuido y también se llevan a cabo por tanto algunos ajustes de logística durante el año. Y ahí está la disminución de viajes en avión.

El equipo partirá este domingo a eso de las doce del mediodía, al final del entrenamiento, rumbo a Alcorcón para su debut liguero. Y lo hará por carretera en autobús, a diferencia de los últimos dos años, donde los viajes a Madrid eran en avión.

Los desplazamientos a Cataluña para medirse a Reus, Nàstic y Barcelona B, así como los de Andalucía para jugar ante Cádiz, Almería, Córdoba y Granada, serían los que el club estudiaría el viaje en avión. Aparte está la obligación de volar a Canarias para medirse al Tenerife.

Desplazamientos como Valladolid, León o Lugo, por su corta distancia, ya tienen de todas formas estipulado el viaje por carretera. Una novedad este año será el viaje a Pamplona, que el año pasado de forma casi circunstancial se hizo en avión, pero nuevamente será por carretera. A Huesca, Zaragoza o Albacete, ya con mayor distancia, se podrían estudiar otras fórmulas mixtas como en otros años que incluían mezclas de tren, autobús y avión.

Lo que no se repetirá seguro serán los viajes de hace una década, cuando el Sporting se pegaba más de 12 horas de autobús para ir a Almería, Murcia o Cataluña, incluso alguna vez por la noche. Pero el descenso a Segunda lleva implícito la pérdida de algunos lujos, como era el de viajar a Madrid en avión para jugar. La plantilla deberá otra vez volver a pasar el Huerna para llegar a La Meseta, en las rutas que hará el equipo por España en su viaje hacia Primera.