La portería del Sporting está cada vez más caliente. Diego Mariño inició ayer el entrenamiento con el grupo por primera vez en los últimos doce días, el tiempo que le ha costado estar de baja tras el golpe en el muslo que sufrió ante el Oviedo. En su ausencia, Dani Martín se ha convertido en el nuevo héroe del sportinguismo tras su estelar debut en Copa del pasado martes, en el que se marchó coreado por El Molinón a pesar de que el equipo cayó eliminado. El gallego, fijo en la Liga hasta su lesión, aprieta para recuperar cuanto antes su sitio. El gijonés pelea por dar continuidad a su gran momento. El dilema se alimenta para Herrera, que recibe mañana al Lorca tras encadenar tres partidos sin ganar.

Paco Herrera sepultó cualquier debate en la portería en la primera jornada liguera. El entrenador del Sporting nunca ocultó el talento de Dani Martín, pero eligió a Diego Mariño como el portero con el que el Sporting abriría una temporada marcada por el objetivo del ascenso. Fue más allá en su aparente deseo de evitar revoluciones. Cuando llegó el primer compromiso en la Copa del Rey, ante el Reus, señaló a Whalley como la alternativa al vigués, y Dani Martín tuvo que conformarse con el salto de subir del filial para completar el banquillo del primer equipo. El proceder fue el mismo tras la lesión de Mariño ante el Oviedo. Whalley fue titular en Soria, pero en esta ocasión al Sporting le cayeron tres goles y el equipo sufrió su primera derrota de la temporada.

La disputa de una nueva ronda copera, con Mariño todavía convaleciente, abrió la oportunidad al gijonés, que se ha encargado de agitar una de las demarcaciones que se veían como mejor cubiertas esta temporada. Dani Martín detuvo dos penaltis, evitó que los rojiblancos se marcharan con varios goles más en contra y convenció a una afición que cantó su nombre elevando el alcance de su actuación.

Herrera, nada más concluir el encuentro del pasado martes, se rindió a la evidencia y confesó que Dani Martín tenía muchas posibilidades de jugar ante el Lorca. Lo hizo tras pedir tiempo para pensarlo y recordando que Mariño tenía muy difícil recuperarse. Mariño, sin embargo, se dejó ver en el ensayo a puerta cerrada en El Molinón, que dejó un contratiempo, la baja de Michael Santos. El uruguayo inició la sesión pero se retiró a los pocos minutos por los efectos de un proceso gripal que, en principio, no parece que le impida jugar mañana ante el Lorca (18 horas). La victoria se antoja más que necesaria para disipar las dudas de un Sporting herido por sus tres últimos resultados.