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Análisis

Otro final de miedo para el Sporting

Herrera abre el "caso Scepovic" al relegarlo al rol de cuarto delantero en un partido de máxima importancia

Moi Gómez presiona a Fran Beltrán. LOF

Para el Sporting de esta temporada, da igual de qué vaya la película. Puede ser una comedia romántica con abundancia de flores y de gestos bonitos; puede ser una de acción, con velocidad vertiginosa, muchos golpes y escenas de riesgo en las dos áreas o quizá una de suspense con resultado incierto y un marcador lleno de intriga. Puede ser cualquiera, pero siempre termina con un final de miedo. En Vallecas, como en muchos de sus partidos esta temporada, el Sporting enseñó que puede ser un gran equipo, serio y bien plantado, capaz incluso de intimidar a un buen Rayo Vallecano, para después renunciar a todas sus virtudes y terminar sufriendo, encerrado en su área y encomendándose a Mariño, salvador de nuevo de un punto que puede ser un valioso botín.

El factor Santos

A pesar de las muchas especulaciones previas, la única novedad en la alineación inicial de Paco Herrera fue la entrada de Michael Santos por Carlos Castro. La vuelta del uruguayo al once no fue ninguna sorpresa, pero sí su ubicación. Santos salió en su posición preferida, como nueve puro, tras quejarse de su desubicación en la banda izquierda. Sorprende la situación de Scepovic, al que ayer añoró el equipo que no tuvo una referencia ofensiva en todo el encuentro, en especial en el tramo final, cuando el Rayo y Herrera, encerraron al equipo en su área.

Siempre queda la estrategia

Ya se ha dicho que la mina del Sporting está en el balón parado. Ayer, de nuevo, los rojiblancos sacaron provecho de un córner. Los de Paco Herrera eligieron esta vez el camino más largo para llegar al gol. Rubén García prefirió sacar en corto para Carmona y éste le devolvió la pelota con un taconazo exquisito. El movimiento pareció absurdo, pero sirvió para descolocar a la defensa rayista en el área. A la segunda, Rubén puso un centro preciso al corazón del área y Santos, libre de marca, le hizo los honores.

Mariño, elemento diferencial

El portero del Sporting es otro valor seguro en la cotización de este fútbol de plata. Mariño tuvo ayer mucha culpa del punto que arañó el Sporting en el siempre difícil Vallecas. Ya en el primer tiempo, sacó alguna mano de mucho mérito en un cabezazo cruzado rival, pero fue en el tramo final del choque cuando su figura se agigantó. Arreció la tormenta sobre la portería rojiblanca y el Sporting se refugió en el paraguas que forman los ágiles brazos de su guardameta.

Tres centrales defienden peor

Desde siempre se ha dicho que no se ataca mejor por sacar muchos delanteros. Al Sporting ayer le pasó lo mismo en el otro área. Con media hora por jugar, Paco Herrera lanzó un mensaje aterrador. Retiró a Moi Gómez y alineó a Xandao para proteger el punto. Lejos de sentirse más seguro, el Sporting se encogió en su área con cinco defensas y dos pivotes defensivos apretados en la frontal del área. El Sporting nunca encontró una salida en esa media hora final que permaneció encerrado en sí mismo y sacrificó por completo su vocación ofensiva.

Xandao entra en escena

No fue la mejor carta de presentación para un futbolista al que se sigue esperando en el Sporting, pero Xandao entró ayer en escena para disputar sus primeros minutos de Liga. El brasileño, una especie de libre en una zaga con tres centrales, se mostró nervioso y desubicado, dejando de manifiesto que lleva demasiado tiempo sin pisar un terreno de juego. Xandao tiene que ser un jugador importante de este equipo, pero el dilema para Herrera es que sólo puede mejorar jugando.

Los cambios, siempre a peor

La gran crítica que se le hace a Herrera es su falta de acierto con los cambios. Ayer se vivió un nuevo episodio. Lejos de revitalizar al equipo, los movimientos del entrenador menguaron al Sporting. Primero con el mensaje ultradefensivo en la entrada de Xandao y más tarde con la pérdida de referentes ofensivos. Herrera crea el "caso Scepovic" al relegar al serbio, su máximo goleador, al rol de cuarto delantero en un partido de máxima importancia entre dos grandes aspirantes al ascenso. Un punto de prestigio

Más allá de las dudas que deja el tramo final del partido, el Sporting sumó ayer un punto de prestigio. No todos los equipos van a conseguir pescar en Vallecas. En otras circunstancias, el resultado sería positivo, fue de hecho seguramente la mejor noticia del partido de ayer para los rojiblancos. El Sporting se trabajó el resultado en un sólido primer tiempo y lo defendió con apuros tras el descanso, pero sigue abonado a la media inglesa y de paso se confirma como uno de los equipos más solventes a domicilio.

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