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La cantera rojiblanca

Crianza de Rioja en Mareo

El Sporting tiene en su cantera dos prometedores talentos brotados en la Escuela de Fútbol que el club mantiene abierta en Logroño

Por la izquierda, Álvaro Maiso y Diego Bartolomé posan en el campo número 1 de Mareo. ÁNGEL GONZÁLEZ

Todo comenzó con una llamada de David Sierra, director de la Escuela de Fútbol de Mareo en Logroño, que los citó a ambos en su oficina. Álvaro Maiso (17 años, mediocentro, juvenil División de Honor) y Diego Bartolomé (15 años, volante, Cadete A) no se imaginaban que estaban ante la gran oportunidad que habían soñado desde siempre. "Veía al Sporting como un sueño", confiesa el mayor de estos dos guajes riojanos que fermentan ya en la gran bodega de Mareo. Sus padres sabían del interés del Sporting por incorporarlos, pero habían guardado el secreto para respetar el protocolo. En aquella oficina recibieron una llamada de Rogelio García, responsable de captación del Sporting, quien les ofreció fichar por el club, dejar atrás toda su vida y recibir un pase en profundidad hacia el fútbol profesional. "Cómo te vas a negar a venir aquí", se pregunta Diego Bartolomé, un prometedor talento de sólo quince años que, sin embargo, rechazó una propuesta del Betis para fichar por el Sporting: "El Betis me vio en un campeonato de España que se jugó en Ciudad Real y que disputé con la selección de La Rioja. Llamaron a mis padres y mandaron un representante a Logroño a vernos. Les dije que quería venir al Sporting".

Los dos chavales pasan juntos la mayor parte del día. Comparten su tiempo, como compartieron la ilusión de recalar en Mareo. "Veía al Sporting como lo más, como un sueño", reitera Álvaro Maiso que añade que "todos los amigos que he tenido en la E. F. de Mareo en Logroño soñábamos con estar aquí algún día".

La palabra es ilusión. Lo expresan abiertamente en sus declaraciones, pero también con la alegría que les ilumina el rostro. Saben que están ante su gran oportunidad y se declaran dispuestos a pelear por ella, aunque la competencia es dura. "Se nota que hay más nivel en el Sporting, los futbolistas son muchos mejores, el ritmo es más alto, es como jugar con dos marchas más", valora Diego Bartolomé. La adaptación de ambos ha sido buena y los técnicos de Mareo tienen muchas expectativas en su proyección.

El sacrificio de los chavales es compartido por sus familias. Álvaro Maiso es hijo único y sus padres aceptan con resignación su ausencia conscientes de que puede ser una opción de futuro para él. Lo mismo pasa en el caso de Diego Bartolomé, todavía más niño, aunque la presencia de una hermana mayor alivia la ausencia. "Cuando pueden vienen a vernos y en cuanto tenemos algo libre, nos vamos para allá en autocar, son seis horas de viaje", relata Álvaro Maiso con un punto de nostalgia en la voz.

A la espera de que el Sporting reabra su residencia en Mareo, la Escuela de Fútbol de Logroño va dando sus frutos gracias a la estrecha colaboración con el club. La crianza de Rioja está en marcha en la bodega de Mareo.

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