En un partido que se le empezó a complicar ya en el calentamiento, el Sporting pudo sumar un punto ante un Real Valladolid que nunca se dio por vencido y que incluso pudo llevarse los tres puntos de no aparecer la figura de Mariño para salvar dos-tres goles cantados.

En la previa del partido, Sergio Álvarez cayó lesionado en el calentamiento. La figura referencial del centro del campo del Sporting es difícilmente reemplazable y se pudo ver en las dudas de Paco Herrera para su sustitución.

Primero fue Carmona el anunciado en el cambio pero finalmente fue Canella el elegido, pasando Isma López al centro del campo. Este cambio pareció dejar fuera de sitio a varios jugadores que no se encontraron cómodos en el partido.

Sin embargo no empezó mal el encuentro para los rojiblancos. Aprovechando una momentánea superioridad numérica, con un jugador pucelano atendido en la banda, el Sporting realizó una contra iniciada por un magnífico pase de Bergantiños sobre el desmarque de Calavera. El centro de este fue rematado de cabeza por Scepovic a la red.

A partir de aquí el Real Valladolid se hizo con la pelota. Tocaba y tocaba superando líneas defensivas para finalizar siempre con centros laterales que eran bien defendidos por los centrales rojiblancos.

Por su parte, el Sporting con mucho menos juego, gozó de las oportunidades más claras en un remate sencillo de Santos y una jugada ensayada de Álex Pérez que no tuvieron fruto en el marcador.

El paso por vestuarios no cambió el signo del partido. El balón siempre rondaba el área de Mariño pero sin gran peligro. El encuentro parecía depender del equipo pucelano, para lo bueno y para lo malo. El Sporting no conseguía crear juego ofensivo pero pudo aprovechar dos regalos de la defensa visitante para finiquitar el duelo.

Dos pases sin mirar de los defensores permitieron a Scepovic y Santos plantarse ante Masip pero ninguno de los dos tuvo la frialdad necesaria para superar al portero en dos ocasiones muy claras.

Tanto perdonó el Sporting que al final lo acabó pagando. Luismi de fenomenal remate de cabeza en un saque de esquina logró el empate en el minuto 71.

De aquí al final, Paco Herrera intentó reaccionar con los cambios pero el equipo no pudo sobreponerse y el Real Valladolid tuvo el partido en sus manos.

Para evitarlo emergió la figura de Mariño que salvó dos remates de cabeza de Borja sobre la línea en dos fenomenales manos cuando el estadio gijonés ya se temía lo peor.

Otra gran parada a remate de Míchel sirvió para culminar otra gran actuación del meta del Sporting.

Extraño partido en el que ambos porteros fueron los mejores de sus equipos y en el que marcador pudo decantarse de cualquiera de los dos bandos, y en el que más atacó y tuvo la pelota, el Valladolid, tuvo prácticamente el mismo número de ocasiones que un Sporting agazapado que buscaba su oportunidad a la contra.

Ligeros pitidos al finalizar el encuentro de un público descontento con la actuación de su equipo. Los rojiblancos repetirán partido en El Molinón. Será el próximo domingo a las 20:30h frente al Cádiz CF.