Noviembre se ha llevado por delante las fortalezas del Sporting. El conjunto rojiblanco cerró en el Carlos Belmonte un mes en el que no ha sido capaz de lograr ninguna victoria; ha dejado escapar diez de los últimos doce puntos en juego; ha caído del tercer al octavo puesto y ha pasado de estar igualado en puntuación con la zona de ascenso directo, a situarse a cinco puntos de distancia. Noviembre se ha cobrado hasta su condición de equipo menos goleado. Es ahí donde parece acentuarse un bajón resumido en sus últimos dos duelos. Los cinco goles recibidos en los enfrentamientos ante el Cádiz y Albacete son un tercio de los encajados en toda la temporada.

El Sporting se ha instalado en un mar de dudas que el paso de las jornadas no ha hecho más que alimentar. El punto sumado en Albacete deja los interrogantes de ver a un equipo en busca de la identidad perdida. Y es que el panorama no invita al optimismo por mucho que, en anteriores ocasiones, un punto lejos de El Molinón se convirtiera en valioso. El conjunto que concedía pocas ocasiones y tenía bien protegida la puerta de Mariño se ha convertido en un grupo vulnerable. La decisión de Paco Herrera de sumar a Quintero a la habitual zaga rojiblanca, elevando a cinco el número de efectivos en la defensa, tampoco dio el equilibrio perdido con la lesión de Sergio.

Los movimientos que el Sporting tenía mecanizados en defensa quedaron obsoletos con el giro táctico de los rojiblancos para visitar el Carlos Belmonte. El nuevo sistema tampoco mostró estar lo suficientemente engrasado como para dar resultados en una situación que descubre las primeras urgencias. Una victoria en las últimas siete jornadas es un pobre balance para los gijoneses, que no se pueden permitir fallar el domingo, ante el Zaragoza.

La profunda renovación del once titular, en la última jornada, también muestra que Paco Herrera no acaba de encontrar la fórmula para que el Sporting vuelva a ser el conjunto bien armado que decidía a través de la pegada de sus atacantes. El entrenador rojiblanco dejó en el banquillo del Carlos Belmonte a Scepovic, Santos y Rubén García, tres de las incorporaciones de este verano, para apostar por los centímetros en ataque de Pablo Pérez y Viguera. Un baile de nombres que Santos despejó con dos goles que vuelven a situarle como el hombre referencia en ataque. El mayor problema del conjunto gijonés es que se asoma al mes de diciembre con la sensación de que le queda mucho por hacer cuando parecía haber conseguido tener asentada su idea de fútbol.

La visita del Zaragoza a El Molinón, este domingo, a las 20.30 horas, abre un calendario en el que el Sporting se juega no perder el ritmo con la cabeza de la tabla. Herrera, por su parte, tendrá la oportunidad de recuperar el crédito que este último mes ha ido quemando con algunas de sus decisiones. El técnico sí mostró, en Albacete, capacidad de reacción para darle la vuelta al partido en la segunda parte. El equipo fue capaz de remontar por primera vez esta temporada, pero no alcanzó para ganar por de un nuevo error a balón parado.

Al duelo ante el Zaragoza le seguirá la visita a un Barcelona B plagado de talento que no acaba de arrancara. A continuación, el Tenerife de Martí vendrá a Gijón. Los rojiblancos cerrarán el año visitando a uno de los gallitos de la categoría, el Granada, en una gran ocasión para hacerse fuertes.