Dicen que la ilusión de un niño no repara en obstáculos. Y la de Jan Aparicio (11 años, Boo de Piélagos, Cantabria) es la de jugar en el Sporting. "Estamos hablando de 300 kilómetros al día (ida y vuelta) y vamos cuatro veces por semana (tres entrenamientos y el día del partido), así que unos 1.200 kilómetros a la semana y unos 4.800 al mes". Alejandro Aparicio, padre de este prometedor alevín de primer año al que pretenden equipos como Villarreal, Real Sociedad (ya entrenó en sus filiales del Antiguoko) y, por supuesto, el Racing, ha tenido tiempo de hacer la cuenta. Y eso que la familia se va turnando para acompañar al niño en sus compromisos futbolísticos. Para Jan estas dos horas y media diarias de coche no son un tiempo perdido: "Aprovecho para venir estudiando y haciendo los deberes y, gracias a eso, he sacado todo sobresalientes. Si estuviera en casa, seguramente estaría jugando con la Play".

Con sólo once años, Jan, que juega por banda izquierda, tiene una amplia experiencia a sus espaldas y muestra, en su primera entrevista, el mismo desparpajo que tiene sobre el césped y que le ha convertido en uno de los guajes que más revuelo levanta en la Escuela de Fútbol de Mareo. "El Sporting es el equipo que más me ha gustado de los que he conocido. De Mareo me gusta todo, cómo me han acogido los compañeros y los padres, me gustan los entrenadores, Jano y Adri, que me han ayudado mucho y hacen un trabajo casi personalizado y me he encontrado con un gran equipo, en el que el peor de mis compañeros tiene el mismo nivel que yo", explica con soltura.

Esta devoción por el Sporting y su metodología de trabajo es compartida por toda la familia. "El objetivo número uno por el que estamos en Mareo es el tema formativo. La competición es un poco light, pero las horas de entrenamiento son una maravilla", valora su padre, Alejandro, que insiste en que "nos gusta el Sporting por los campos, por los entrenadores y por la alta profesionalidad que tienen con chavales tan pequeñines". Alejandro Aparicio concluye que "decidimos que estuviera en el mejor de los sitios y tenemos el objetivo más que cumplido, lo que nos han ofrecido es bastante mejor de lo que esperábamos".

La primera vez que Jan pisó Mareo fue con el Perines para jugar un torneo contra el Sporting. Ese día firmó siete goles y llamó la atención de David Nicieza, coordinador de la Escuela de Fútbol hasta el mes pasado. Fue Rogelio García, responsable de captación, quien formalizó la invitación en marzo pasado para que viniera a entrenar a prueba y en la primera semana ya fue fichado. "Jan tiene la ilusión de jugar en Primera y en la selección. Esa ilusión, yo, como padre, nunca se la voy a quitar, pero le pongo los pies en el suelo porque sabe que es muy complicado, que en Mareo hay doscientos chavales y que llegan uno o dos", advierte su progenitor.

La prueba más evidente de que el pequeño Jan no ve un problema en las horas de carretera es que suele hacer un quinto viaje cada dos semanas. "Llega el domingo y nos hace traerlo a ver al Sporting a El Molinón".