Herrera compartió ayer mesa y mantel en Mareo con el veterano grupo de aficionados rojiblancos que asisten a todos los entrenamientos del equipo y cuyos intensos debates les ha llevado a ser conocidos popularmente como el "Sanedrín". El técnico escuchó a los más de veinte integrantes de este colectivo junto a uno de sus futbolistas, Álex Pérez, que cubrió la baja del segundo entrenador, Ángel Rodríguez, momento que se recoge sobre estas líneas.

La palabra es preocupación. La marcha del equipo es una decepción para todo el sportinguismo, tanto para los más de 24.000 aficionados como para los gestores del club. Unos y otros tenían muchas expectativas puestas en esta temporada, pero en las últimas semanas han sido consumidos por las dudas. Nadie en el club es ajeno a la desconfianza que generan los malos resultados, la falta de un estilo definido de juego, los bandazos tácticos y las sorprendentes alineaciones, con jugadores desubicados de su posición natural y sin hueco alguno para Mareo. En el centro de todas las miradas se sitúa Paco Herrera, que ha dado una bocanada de oxígeno gracias al acierto de Michael Santos en Albacete, donde tuvo lugar otra pobre puesta en escena de los rojiblancos. El Sporting ha perdido ya el cartel de favorito y demostró poca ambición en una alineación con cinco defensas para visitar a un recién ascendido.

El puesto de Paco Herrera no parece comprometido a día de hoy, pero resulta evidente que el técnico ha perdido apoyos de forma manifiesta. En el club se confía en la calidad de la plantilla para enderezar el rumbo y también en el buen ojo de Miguel Torrecilla para apuntalar al equipo en las posiciones más determinantes. Sin embargo, es cierto que fichajes como el de Xandao, una apuesta personal del director deportivo, que permanece prácticamente inédito, han decepcionado.

En el seno del Sporting se asume que la categoría es dura e igualada, pero preocupan las señales que emite el equipo. Ya se han producido algunos contactos entre el consejo de administración, la dirección deportiva y el entrenador para intentar reconducir la marcha del Sporting. Un aspecto que preocupa es la falta de identificación de El Molinón con el equipo, que tuvo su cénit en la alineación elegida por Herrera ante el Cádiz, en la que no incluyó ningún asturiano, ni ningún futbolista que hubiera pasado por el filial del Sporting, algo de lo que no existen precedentes.

Otro aspecto que preocupa del técnico son sus contradicciones y su mal manejo de las ruedas de prensa, con abundancia de mensajes poco positivos. Los cuatro partidos que tienen que disputar los rojiblancos hasta el final de año pueden ser determinantes. El Sporting recibe a Zaragoza y Tenerife en El Molinón y visita a Barcelona B y Granada. La urgencia obliga a que la deriva sea muy distinta en el mes de diciembre y a que el negro noviembre quede atrás definitivamente.

El objetivo prioritario ahora mismo parece llegar a enero en las mejores condiciones posibles y aferrarse al mercado de invierno como una tabla de salvación. Miguel Torrecilla se mantiene hermético respecto a los movimientos que puede abordar en el próximo mes de enero, pero el director deportivo ya ha establecido los contactos para la llegada de un extremo. Ésta es una demanda de Paco Herrera desde el pasado verano y que se acrecentó tras ver, por ejemplo, los dos hombres de banda que tiene el Cádiz con un presupuesto mucho más bajo.

Otra posición a reforzar será la del centro del campo. El entrenador suspira por un centrocampista creativo, pero la lesión de Sergio dejó al descubierto las carencias de toda la estructura. Parece probable aquí que Cristian Salvador dé el salto definitivo al primer equipo, con lo que quedaría renovado de forma automática. En enero pueden producirse también salidas de alguno de los futbolistas que ha disfrutado menos minutos. Un candidato sería el colombiano Quintero, a pesar de su titularidad en Albacete. Tampoco se descarta que Torrecilla se reserve algún movimiento sorpresa, que podría apuntar a la delantera o al centro de la defensa y que implicaría la salida de algún futbolista más. Siempre a expensas del mes de diciembre.