La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una derrota con mal olor

El Sporting está preparando un cóctel que puede ser explosivo

Hay derrotas que encierran más dignidad que una victoria. Pero la de ayer del Sporting en El Molinón no sólo careció de cosas positivas -quizá únicamente puede destacarse una: el coraje que mostraron algunos futbolistas rojiblancos- sino que tiene un tufillo a descomposición, a podre, por mucho que Herrera no encuentre en su diccionario la entrada "crisis". Ni siquiera si Santos hubiera marcado el penalti y salvado un punto las sensaciones hubieran sido mejores y el olor más agradable.

Y lo peor no es que los puestos de ascenso empiecen a verse lejos -los de play-off únicamente están a tres puntos, ya a seis y ocho los de la gloria directa-.Lo peor es que el equipo no funciona. Ya no da con la pegada de los de arriba, Herrera no encuentra soluciones, y lo más dramático es que cuando más se estruja la sesera y más vueltas le da a la pizarra, peor es el resultado y más perdido se ve al equipo. Los goles a balón parado, sobre todo en saques de esquina, se repiten peligrosamente por mucho que se juegue con cinco defensas, el mismo número de partidos que el Sporting lleva sin ganar (dos puntos de quince).

Luego está esa nómina de jugadores que aparecen y desaparecen del foco más rápido que los famosos de usar y tirar en las noches de "Sálvame Deluxe". Sin olvidar a esos futbolistas intocables para el técnico que se mueven por el campo como si la cuestión no fuera con ellos. Para rematar, la grada ha dicho basta. Han vuelto los pañuelos a El Molinón y hay quien ya pide a gritos la dimisión del entrenador. El cóctel puede acabar siendo explosivo, con los equipos rivales que visiten El Molinón jugando con la ansiedad que la presión de la grada provoca -lo dice Herrera- entre sus futbolistas. Si solo eso es lo que provoca el mal olor, hay solución. Pero...

Compartir el artículo

stats