La salida de Paco Herrera del Sporting deja en los aficionados rojiblancos una sensación de desilusión por un proyecto que prometía mucho y se fue diluyendo.

"Ahora queda todo en manos de los jugadores, veremos si hay cambio de actitud", aseveró Jorge Guerrero, presidente de la Federación de Peñas Sportinguistas, "era un cambio necesario, no podíamos perder más tiempo". Para Guerrero, los objetivos del Sporting no pueden verse alterados a pesar del cambio del entrenador. "El objetivo debe seguir siendo el ascenso a Primera. Todavía hay tiempo", dice.

Jaime Álvarez, vicepresidente de UNIPES, opina en una línea parecida y asegura que el recambio en el banquillo rojiblanco hacía falta. Álvarez reclama al nuevo entrenador que " apueste de verdad por Mareo, que haga justicia a la filosofía del club". Sobre Herrera, asegura que "ya se notó entregado y reconoció que no se veía capacitado". "La distancia en puntos no es tan grande, lo más preocupante es la imagen", añade.

Herminio Martín, presidente de la peña "Nunca Caminarás Solo" vio en Herrera "un entrenador con conceptos de fútbol anticuados, no le he visto preparado" aunque entiende que también los jugadores tienen "parte de culpa". Martín no tira la toalla: "hay que confiar en el ascenso hasta la muerte. Los de arriba van a fallar, en Segunda todos los equipos tienen un bache, esperemos que el del Sporting haya sido éste".

"Había mucha ilusión en el proyecto, es una decepción", aseguró Manolo Llana, presidente de la peña "Nacho Cases", "él mismo estaba rendido, las alineaciones no tenían sentido", y pone como ejemplos al Cádiz o al Oviedo para refrendar que "hay tiempo de sobra a enderezar el rumbo".