"Quiero agradecer a los futbolistas su buena predisposición para el trabajo". Rubén Baraja no es hombre de grandes titulares. El nuevo entrenador del Sporting, un hombre metódico, llega con el discurso bien aprendido y desliza sus mensajes a la primera ocasión. "Respeto lo que ha pasado antes, pero quiero imprimir mi sello. Quiero un equipo intenso, ambicioso y que busque la portería", explica el preparador rojiblanco.

Como es lógico, Rubén Baraja confía en poder estrenarae con una victoria en casa que "nos haría muy felices a todos". El preparador quiere que se vea un Sporting diferente "desde que salte al campo". Más en concreto, el técnico demanda "que el equipo transmita, que enganche a la gente porque ésa es la forma de conseguir la comunión con la grada".

Baraja evitó, en la medida de lo posible, personalizar en ninguno de sus futbolistas porque "lo importante ahora es tenerlos enchufados a todos". No obstante, las preguntas le llevaron a valorar el caso de Stefan Scepovic del que indicó que "es un delantero que nos puede dar muchas cosas y queremos que tenga un papel protagonista". También analizó el caso de Nacho Méndez, al que definió como "un chaval que viene apretando y que tiene posibilidades de entrar en el once". En ese sentido, dejó de manifiesto su disposición a contar con los guajes del filial: "Si algo tiene importancia en este club son los chicos de la casa".