Treinta jugadores llegaron al Sporting en los 23 años en los que se abrió la posibilidad de fichar futbolistas a mitad de temporada. El conjunto rojiblanco superará esta cifra durante la presente campaña con el firme de deseo de encontrar las piezas que ayuden a carburar el motor que lleve al ascenso. El club ha tenido una suerte dispar en esta franja del mercado. Vesga, Bernardo, André Castro, Bilic (en su segunda etapa en el club), Cheryshev o Hugo Pérez son algunos de los ejemplos positivos. Miguel Torrecilla, director deportivo del Sporting, peina el mercado en busca de un extremos, centrocampistas y centrales para mejorar las armas de Baraja en la segunda vuelta.
La relación del Sporting con el mercado invernal ha tenido dos etapas sin movimientos. El primero se produjo entre 2002 y 2007, cuando la grave crisis económica en la que navegaba el conjunto rojiblanco se tradujo en un proceso concursal que comprometió la supervivencia del Sporting. Ni siquiera en la temporada 2003-04, en la que con Marcelino García Toral como entrenador del primer equipo se estuvo muy cerca de conseguir el ascenso, se asumió la llegada de fichajes durante este periodo. El segundo se produjo entre 2012 y 2015, primero de nuevo por los problemas económicos y acto seguido por la sanción que impidió a los rojiblancos fichar, tanto en verano como en invierno, fruto también de unas dificultades económicas que volvieron a condicionar el ámbito deportivo.
El primero en llegar en el mercado de invierno fue Hugo Pérez, en la campaña 1994-95, la que dio el pistoletazo de salida para que los equipos se reforzaran a mitad de temporada. El centrocampista argentino, que llegó procedente de Independiente de Avellaneda, fue recibido como una incorporación importante. El internacional, aunque no llegó a tener la confianza de Benito Floro, enamoró a la afición por sus detalles técnicos. Disputó 57 partidos y marcó cinco goles. El tan más recordado, con sombrero y volea a la escuadra, ante el Valladolid.
Cheryshev fue otro de los futbolistas extranjeros que encontró pronto el cariño de El Molinón, el ruso, de una velocidad y potencia extraordinarias, fue un jugador importante durante los cinco años que estuvo en Gijón desde aquel invierno de 1996 en el que aterrizó procedente del Dínamo de Moscú. Más recientes son las aportaciones de jugadores como André Castro, Bernardo o Vesga. Este último fue el único de las tres incorporaciones del año pasado que dio rendimiento. Traoré o Elderson, por contra, son ejemplos de lo traicionero que puede volverse un mercado invernal marcado, normalmente, por las urgencias.
