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De goleador del Sporting a cazatalentos

Irurzun, que dio al equipo rojiblanco su última victoria en el primer partido del año, vive en el valle navarro de Egüés y es ojeador de Osasuna

Irurzun pica el balón ante Valerio en la acción del gol ante el Almería. Á. G.

"No es normal que el Sporting lleve tanto tiempo sin ganar en el primer partido del año. Espero que en este 2018 se rompa esa racha". Ismael Marchal Razquín, Irurzun, (Pamplona, 21-3-1975) espera herederos a su condición de goleador en la última victoria rojiblanca par abrir el año, la conseguida en 2005, ante el Almería, en El Molinón (1-0). El que fuera futbolista del conjunto gijonés entre 2002 y 2005 vive ahora en el valle navarro de Egüés, junto a su mujer y sus cuatro hijos, y continúa ligado al fútbol. Forma parte de la dirección deportiva de Osasuna, donde ejerce de ojeador, principalmente para el filial y el juvenil rojillo. "Espero que este años Osasuna y Sporting vayan de la mano a Primera", afirma.

"Aquel gol fue especial", recuerda Irurzun cuando se le pregunta si le viene a la memoria el tanto que protagonizó ante el Almería hace trece años. "Sí, sí, tengo clara la jugada. El portero de ellos era Valerio. Era el primer partido del año del centenario de la fundación del club y todos lo teníamos muy a conciencia. Sabíamos que el primero que marcara iba a entrar en la historia del Sporting", subraya el navarro, orgulloso por ser protagonista en una fecha tan especial. "Pudo hacer gol cualquiera, porque ese día tuvimos un montón de ocasiones. Lástima que el resultado fuera tan apretado, porque terminamos pasando algún apuro", detalla.

El exrojiblanco, que tras completar su formación en el Madrid llegó a debutar con el primer equipo blanco de la mano de Capello, vistió después la camiseta de Málaga, Osasuna y Racing de Ferrol antes de llegar a Gijón. "El paso por el Sporting me marcó. Se juntaron muchas cosas. La situación económica y deportiva era difícil. Todos los que formamos parte de la plantilla vivimos momentos intensos y tristes. Eso nos unió más", relata Irurzun, apodo que tomó en homenaje a su abuela. "Con Marcelino de entrenador devolvimos la ilusión a la gente, aunque nos sobraron dos meses para lograr el ascenso a Primera", comenta todavía con rabia.

Irurzun tuvo en Gijón a su primer hijo, la única niña, Nerea, que tiene 16 años. Seis años menos tienen los otros tres, Marcos, Hugo y Álex, que llegaron de golpe. "Tuve trillizos y eso hizo que me replanteara mi carrera. Ya no podía andar de aquí para allá", explica. Tras pasar por el Nàstic y la Ponferradina, volvió a Navarra y colgó las botas en el Multivera, en 2009. Hizo del Valle de Egüés su casa y el pasado mes de enero le surgió la oportunidad de regresar a Osasuna. "El club replanteó la estructura de Tajonar (el Mareo del club navarro) y me ofrecieron entrar como ojeador", explica.

Irurzun se muestra convencido de que el Sporting estará en la zona alta de la clasificación a final de temporada. "El objetivo del club tiene que ser estar cuanto antes en Primera. Ahora ha llegado Rubén Baraja, un entrenador joven, con ganas. Estoy seguro de que el equipo terminará, si no en ascenso directo, en puestos de promoción", concluye.

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