"Vengo de visita a Mareo por ver a Quini, por un encarguito de unos amigos y porque tengo ganas". Alfredo Megido (Peñaflor, Sevilla, 2-10-1952) siempre fue un hombre de impulsos y el Sporting sigue tirándole mucho. El exjugador rojiblanco, que reside en Avilés después de vivir durante más de una década en Cuba y retornar a España para tratarse de una dolencia cardiaca, espera que el conjunto gijonés reaccione lo antes posible para ver de nuevo al equipo en la máxima categoría la próxima temporada. "Hay tiempo y puntos para volver a Primera", afirma con la esperanza de que el 2018 traiga nuevas alegrías en lo deportivo.

"Las cosas no están saliendo como todo el mundo desea y los más interesados en que salgan bien son los jugadores", afirma Alfredo Megido, que vistió la camiseta del Sporting entre 1971 y 1975. "Espero que, de ahora en adelante, todo vaya mejor. Queda mucho campeonato todavía y quiero que el equipo vaya para arriba", afirma ante el nuevo ciclo abierto con la llegada de Rubén Baraja. "Eso es fútbol. Es inevitable. Ha pasado siempre y seguirá pasando", comenta sobre la destitución de Paco Herrera, con el que compartió vestuario en Gijón. "Lo único que se puede pedir ahora es que los jugadores estén más acertados y empiecen a meter golitos para que todo sea mejor y se sumen más puntos", añade, sin obviar la parte de responsabilidad que tienen los futbolistas en la situación actual del equipo.

Megido, un hábil y talentoso extremo que tras su paso por el Sporting vistió la camiseta de clubes como el Granada, el Betis o el Girondins de Burdeos, entre otros, cree que la reacción del Sporting debe ser inmediata para pensar en objetivos ambiciosos. "El tema es que hay que empezar a recuperarse ya. Hay que iniciar la segunda vuelta desde un buen lugar en la clasificación. Es importante para poder llegar bien a la meta. Hay que confiar en que las cosas salgan mejor porque peor de lo que ha salido hasta ahora no creo que se pueda", sentencia.

Megido, que debutó como internacional siendo futbolista del Sporting, sonríe cuando se le comenta que el equipo necesita un jugador de banda de sus características y bromea sobre sus últimas apariciones en El Molinón. "No quiero venir porque parezco el gafe. Las dos o tres veces que estuve por última vez, se perdió", detalla. Dice disfrutar del fútbol en casa, con calma, en parte, para cuidar su salud. "Mi enfermedad es crónica y no puedo hacer otra cosa que vivir de la forma en la que vivo: tranquilamente, sin hacer cosas disparatadas, ni esfuerzos", concluye.