El milagro de Los Guajes tiene en el Lugo uno de sus fetiches desde que el 7 de junio de 2015 Pablo Caballero marcara en tiempo de descuento el gol que arrebató la plaza de ascenso a Primera al Girona para dársela al Sporting. Nunca un tanto de los lucenses fue tan celebrado en Gijón, ya que aquel empate en el Montilivi permitió superar al Girona en la tabla y hacerse con la segunda plaza en la última jornada de Liga. El sportinguismo regresará a Lugo, por primera vez en partido de Liga, el sábado, a las 20.30 horas. Lo hará de manera masiva y con cierto aire de peregrinaje. De los algo más de 2.000 seguidores que tienen previsto viajar, sólo 1.372 lo harán con entrada asegurada. El resto apoyarán al equipo en la ciudad gallega.

"Visitamos a un equipo que nos trae muy buenos recuerdos y una ciudad que siempre nos trató muy bien. Deseamos toda la suerte al Lugo, pero los tres puntos que se vengan con nosotros", afirma Víctor Sánchez, presidente de Unipés. El viaje en número de peñas se traduce en 82. Son las que han informado de que se desplazarán a la ciudad gallega, pero no todas cuentan con butaca asegurada. La capacidad del Ángel Carro, en torno a los 8.000 espectadores, tampoco ayuda.

El Lugo ha endurecido las condiciones a sus abonados para evitar la reventa. El club ha detallado que las entradas que se venderán a socios están numeras y vinculadas a ellos, por lo que responderán ante posibles incidentes que creen las personas que accedan al campo con esas localidades. Además, han anunciado que "los duplicados de carnés extraviados" tendrán un coste de 50 euros, algo que entrará en vigor el 22 de enero, el primer día de apertura de las oficinas tras el partido ante el Sporting. "Le doy un sobresaliente a la ciudad y a la afición del Lugo, y un suspenso a los directivos del club gallego, por detalles que parecen estar coaccionando a sus aficionados para no entregar entradas a los seguidores visitantes", lamenta Jorge Guerrero, presidente de la Federación de Peñas.

El Sporting recibió 1.372 entradas para Lugo, con precios de entre 20 y 30 euros, que distribuyó de una forma que no dejó contentos al grueso de sus abonados, pero que sirvió para evitar la tradicional imagen de las colas en El Molinón. El Sporting destinó 900 entradas a las peñas rojiblancas, reservó 122 para sus compromisos publicitarios y sorteó 350 localidades entre sus abonados, a razón de dos por carné. Unipés, en concreto, repartió 400 localidades de las cuales, el 72% han ido a parar a abonados rojiblancos. No ha evitado el malestar de la peña L'Ayalga por quedarse sin las treinta entradas que se les habían reservado. La causa, explican, es no haber informado de cuántos de sus integrantes eran abonados, un detalle al que dicen no haberse negado, pero señalan no haber dispuesto de margen suficiente para recabarlo. Unipés justifica haber tomado esa determinación tras avisar, de manera reiterada y por diferentes vías, del deber de cumplir a tiempo con todos los requisitos exigidos.