Decir que sobre el derbi se han escrito ríos de tinta en lo que va de semana, sería quedarse corto. Es por eso que poco más se puede añadir a todo lo que se ha puesto sobre el tapete por parte y parte. Se acerca la hora D (de derbi) y los nervios aumentan hasta el punto de que los que primero daban por segura la victoria, comienzan a ver con buenos ojos el empate.

Para empezar, vamos a ver si el partido puede llegar a disputarse, que por más que algunos defiendan que pase lo que pase se jugará, sigue sin estar del todo claro. Lo que sí que está más que claro es que resulta del todo impresentable que un campo pueda ofrecer el penoso aspecto que, cada vez que arrecia la lluvia, ofrece el Carlos Tartiere. En este inicio de la jornada tanto de Primera como de Segunda, hemos podido ver por televisión otros campos también afectados por la climatología adversa que azota especialmente al noroeste del país, donde se ha podido jugar sin mayores contratiempos. Es evidente que en Anoeta, El Sadar o Ipurúa el clima no representa un impedimento para que se pueda disfrutar de un partido de fútbol de igual a igual. Como no lo hubiera sido en El Molinón, que en el último entrenamiento a puerta abierta celebrado este sábado, ofrecía un aspecto inmejorable.

Un último entrenamiento donde Baraja no quiso ofrecer demasiadas pistas y donde la mayor noticia fue la imagen de los jugadores postrados de rodillas ante los aficionados que se congregaban en el Fondo Sur. Imagen que no ha gustado a todos los sectores del sportinguismo, por poder dar pie a interpretaciones para nada beneficiosas, viniendo además la semana como venía marcada por la historia de los cánticos contra los "jugadores de color". Cánticos de unos pocos que sin embargo han servido para salpicar a 'unos muchos'.

Lo mejor en estos casos sería no darle mayor importancia de la que tiene, pero sí que convendría que alguien del club tomará nota. No es la primera vez que algo similar se produce, pues no hace tanto que los jugadores del filial también fueron protagonistas de una fotografía que dio lugar a malentendidos para aquellos que siempre quieren buscarle tres pies al gato.

Con lo que hay que quedarse del entrenamiento en El Molinón es con la nutrida presencia de aficionados en el mismo a pesar del mal tiempo y del horario. Lo demás es sólo alimento para prensa sensacionalista.

Tras el entrenamiento Baraja ofreció la lista de convocados. Poco o nada se puede entrever de la misma a la vista de los 24 jugadores que figuran en ella. Y es que el Pipo es evidente que quiere hacer piña de cara a un partido tan señalado, citando así a todos los jugadores con los que ya venía contando, a los que se han unido además los recién llegados Hernán Santana, Nano Mesa y Alberto Guitián. Puede sólo llamar la atención la ausencia de Nacho Méndez, frente a la convocatoria de Montoro y Javi Rodríguez. Pero la razón estriba en que se cuenta con el luanquín para el partido que habrá de disputar el filial.

Con todo, es más que presumible que ninguno de los jugadores fichados en este recién cerrado mercado invernal, tengan una presencia en el derbi más allá de lo meramente testimonial. Las mayores dudas para el once estriban en el jugador que ocupará el lateral derecho y si finalmente Baraja mantendrá su 4-4-2 o si optará por un 4-4-1-1. En este último caso Rubén García sería el posible beneficiado, ocupando el lugar de Carlos Castro.

Sea el que sea el once que salte al terreno de juego (que no césped) del Tartiere, lo que nadie pone en discusión es que este no es un partido para cobardes. Entendiendo como tales a quienes pudieran arrugarse por el ambiente hostil en las gradas (a pesar de los 1200 sportinguistas, quienes seguro que no se arrugarán), por unas condiciones para disputar cualquier balón donde la integridad de cada jugador estará en peligro, e incluso por un arbitraje que pudiera querer satisfacer intereses o simpatías que no hace falta recordar.

El sportinguismo podría perdonarlo todo, menos el no ver a jugadores valientes sobre el campo. Jugadores que no entiendan que a pesar de que el derbi no deja de ser un partido con el mismo valor de cara al campeonato, su valor emocional supera con creces al de cualquier otro. A gente como Lora, Canella, Sergio, Jony o el anteriormente citado Castro, poco hay que motivarles en ese sentido. Y a otros como Santos o Barba, es esta clase de envites donde se sienten como en su salsa. Jugadores de carácter.

Hay razones por ello para el optimismo. Y da igual si el campo es una alfombra o un arrozal. Somos el Sporting y sabemos que el nombre no gana partidos, sino el corazón. Y nuestro latido ruge con más fuerza que nunca en pos de una victoria. ¡A por ellos!

Post Scriptum: ¿está el Real Sporting en disposición de imponer sus intereses ante la posibilidad de tener que defender la suspensión del partido?