El Antroxu también asomó en El Molinón. Varios aficionados se dejaron ver en el campo con disfraces y otros aprovecharon la festividad para volver a casa. "Nací en Oviedo, vivo en Badajoz y soy del Sporting", explicaba Pablo Hernández mientras su novia, Rocío Llano, apuraba un bocadillo antes de entrar al campo. "Si no se gana al Numancia se fastidia la cosa. No podemos fallar más tras lo derbi", comentaba sin saber que el equipo acabaría respondiendo. También respondió la grada a las denuncias de la Liga por cánticos xenófobos en el fondo sur, durante el anterior partido en casa, ante el Nàstic. El fondo contrario, el norte, mostró una pancarta al inicio del encuentro en la que se pudo leer: "No al racismo".

El balón echó a rodar sin que el Sporting olvidara tener un recuerdo con el exrojiblanco Cárdenas, fallecido esta misma semana. Los jugadores llevaron brazalete negro en señal de luto. "Vamos a ganar sí o sí", animaba Pepe Sustacha, de la peña La Tiendina, de Niembro. "El déficit que tenemos ahora son los cinco meses que estuvo Paco Herrera", añadió cuando todavía faltaban por llegar los goles de Calavera y Jony. "La fe siempre la tuvimos y la vamos a tener", señaló Lorena Sustacha. Los buenos deseos de la afición rojiblanca se cumplieron con el quinto triunfo consecutivo en casa que, esta vez, estuvo acompasado por la música de Texas que se escuchó por megafonía antes del encuentro. El grupo británico llegará en verano a Gijón, quizá con ellos llegue también el ascenso a Primera.