"Dio la vuelta al concepto del fútbol en el Sporting. Cogió a un equipo de niños y fue el no va más. Fue el creador de lo que luego sería el gran Sporting". Quien habla es un emocionado Manuel Abelardo Echevarría, defensa del Sporting entre 1965 y 1973. Y lo hace sobre uno de los técnicos que marcó su carrera y la trayectoria del club rojiblanco: Luis Cid Pérez, Carriega.

Y es que el entrenador gallego de Allariz (Ourense), donde nació el 9 de diciembre de 1929, falleció ayer en su localidad natal de un infarto a los 88 años de edad dejando tras de sí más cuatro décadas vinculado al mundo del fútbol, primero como jugador y luego como técnico. En su etapa en el banquillo del Sporting hizo debutar a una de las grandes leyendas del fútbol español: Quini. Es el sexto técnico que más partidos ha dirigido al Sporting (127) y tiene en su haber un ascenso a Primera (69-70) con los rojiblancos. Ya lejos de Gijón siguió haciendo historia. Por ejemplo, logró la mejor clasificación hasta el momento del Zaragoza en Primera y dio un empujón definitivo a la carrera de Gordillo en el Betis.

Como futbolista jugó siempre en Segunda, primero en equipos de su tierra (Orensana y Racing de Ferrol) y luego en el Oviedo y el Burgos. Con los azules estuvo dos temporadas en las que el equipo jugó, sin suerte, la promoción de ascenso a Primera (54-55 y 55-56). Carriega, interior y delantero, no tuvo mucha suerte en Oviedo: disputó 14 partidos y marcó dos goles. También probó fortuna en el Langreano.

El grueso de su carrera la desarrolló en los banquillos, fundamentalmente a partir de 1961, donde llegó a sumar 397 partidos dirigidos en Primera. Pasó por los banquillos de Cartagena, Europa, Zaragoza -fue subcampeón de Liga y Copa con los "Zaraguayos"-, Sevilla, Betis (en dos etapas), Atlético de Madrid, Elche, Celta, Figueres y Ourense, donde se retiró en Segunda B en 1990. En total, dirigió 752 encuentros. En Asturias estuvo al frente del Langreo (66-67 y 67-68), desde donde saltaría al banquillo de El Molinón. Allí estuvo desde la 68-69 hasta la jornada 17 de la 71-72 en la que fue despedido y sustituido por un hombre de la casa como Jesús Barrio.

En Gijón es recordado por haber logrado el ascenso a Primera como campeón en la campaña 69-70 con un equipo plagado de incipientes talentos que luego serían la columna vertebral del Sporting de la primera época dorada: Quini, José Manuel, Castro, Churruca?. Éste último rememora con cariño cómo fue la campaña de aquel asenso a la élite. "Hicimos una gran temporada. Era un entrenador con mucho entusiasmo. Jugábamos alegre con un 4-2-4", apunta. Fue el año en el que El Brujo, con 21 goles, logró el primero de sus siete trofeos "Pichichi". Detrás de él otro rojiblanco, Marañón, que hizo 18 tantos. "Se encontró con una buena remesa de jugadores", añade Churruca. "Era un gallego fino al que le tenía mucho aprecio. Como técnico era muy exigente. Fue de los mejores entrenadores que pasaron Gijón", señala Miguel Montes, que estuvo la primera temporada de Carriega en el Sporting antes de dejar Gijón y fichar por el Oviedo. "Le sacó mucho rendimiento a la plantilla. Se hizo una temporada excepcional. Era muy valiente y le gustaba jugar al ataque", tercia Juan Eraña, que al final de la temporada dejó el equipo junto a otros como Florín.

Tan buena fue aquella temporada que, tal y como explica Echeverría, el presupuesto para primas por gol marcado se agotó. "Nos pagan mil pesetas a cada uno (seis euros) por cada gol de diferencia. Hubo tantas goleadas que en diciembre dijeron que ya no había dinero", sentencia Echevarría en el adiós a Carriega, el impulsor del mejor Sporting.