A su llegada a Gijón, la primera decisión de Rubén Baraja fue devolver a Santos a su posición natural, la que más daño ha hecho esta temporada a los rivales: la de delantero centro. En aquel momento, con un equipo que tenía otros tres arietes como Scepovic, Castro y Viguera en su plantilla, la decisión del Pipo fue alinear a dos de ellos de inicio. Baraja apostó por un sistema de 4-4-2, y apostó en seis de sus siete primeros partidos por ese dibujo. Pero tras el derbi, que no dejó contento al técnico, la apuesta pasó a ser un sistema con un hombre más en el centro del campo, con Rubén García actuando de mediapunta en casa, y Santana a domicilio en un puesto más retrasado en Lorca. Y al Pipo le ha gustado una idea que ahora mantiene firme, en la que el equipo tiene más equilibrio, sigue siendo un puñal en ataque, pero con más fuerza en el centro del campo.

El Sporting se ha asentado con un dibujo que le hace dar a Santos su mejor versión, fajándose entre los defensas rivales, y que provoca que Jony tenga más profundidad. Además Rubén García permite desfijar a los centrales del equipo rival y echar un cable a Álex Bergantiños y Sergio en la creación. Y permite además al Sporting dominar y controlar los partidos. Aunque las posesiones ante Numancia y Osasuna fueron favorables (58,8 y 50, 6 por ciento respectivamente), también fueron muy igualadas. Pero el Sporting no tuvo la sensación de sufrir en ningún momento de ambos partidos, hecho que sí se había dado en varios partidos de la primera vuelta después de que los rojiblancos se adelantasen a sus rivales en el marcador.

Baraja a su llegada tuvo claro que Santos debía ser el delantero de referencia del equipo. Y salvo en Lorca no le ha movido de dicha posición, cuando jugó en la banda para dejar su sitio en el ataque a Nano Mesa. Lo que sí ha variado ha sido el acompañante del uruguayo, primero Scepovic en dos partidos y después Castro en cuatro, en las veces que se jugó con dos arietes. En los casos que el Sporting tuvo un mediapunta o un tercer centrocampista esa labor la desempeñaron Moi Gómez, Rubén García y Santana.

En casa, tanto con uno como con dos delanteros, el Sporting ha ofrecido su mejor versión y los resultados le han acompañado. Fuera de casa con dos delanteros en Granada y Oviedo el Sporting estuvo lejos de su mejor papel, en Lorca con tres centrocampistas al equipo le faltó quizás ambición y empuje en ciertas fases del partido. Y en Lugo, donde también jugaron con un mediapunta de inicio, en aquella ocasión Moi Gómez, el Sporting disputó su mejor partido como visitante desde la llegada de Baraja y le faltó una pizca de suerte para obtener un resultado favorable, en una jornada en la que merecieron más. Por eso ahora el Pipo buscará explotar el buen rendimiento de este sistema para acabar con el gafe a domicilio y ganar en Sevilla.