El Molinón alzó la voz para despedir a su mito. Más de 10.000 personas desafiaron al frío para asistir al multitudinario funeral presidido por el padre Fueyo, el capellán del Sporting y el que pusieron la nota musical (y emocionante) el coro Manín de Lastres y Pipo Prendes. Imposible para muchos contener las lágrimas a la hora de despedir a Quini, fallecido ayer a última hora de la tarde a los 68 años tras sufrir un infarto cuando conducía su coche por la avenida Juan Carlos I de Gijón.
"Se le rompió el corazón de lo grande que lo tenía". Con estas palabras el capellán del Sporting, Fernando Fueyo, recordó al Brujo durante la homilia en el estadio gijonés. También lo calificó como "un buen ejemplo para los niños enfermos de cáncer" y describió la personalidad bromista de El Brujo con un "Quini las armaba muy gordas". "Amaba a todos y por eso todos lo amábamos", comentó el padre Fueyo. Quini ha estado hoy hasta el pensamiento del Papa Francisco I que prometió "rezar por él". Fueyo ofició la misa ante un campo lleno de coronas de flores que llegaron a lo largo de las últimas horas a la capilla ardiente de Quini.
El funeral celebrado en El Molinón en la tarde de hoy fue sólo el colofón a una larga jornada de homenajes a Quini a lo largo y ancho de toda Asturias pero, muy especialmente, en Gijón. La ciudad de la que El Brujo es hijo adoptivo se volcó hoy con su ídolo. Los niños en los colegios, los políticos en sus puestos de representación y hasta los trabajadores de empresas privadas. Muchos quisieron unirse a lo largo de todo el día a los minutos de silencio y homenajes que se celebraron en toda la ciudad.
El día empezó con el anuncio por parte del Ayuntamiento de que se le pondrá el nombre de Quini a El Molinón y con la decisión de decretar tres días de luto oficial en la ciudad. Además la Unión de Comerciantes ha pedido a sus asociados que apaguen las luces de los escaparates en honor a El Brujo.
Desde que a mediodía se recibió en el estadio municipal el cuerpo sin vida de Enrique Castro cientos de gijoneses hicieron cola durante horas ante las puertas de El Molinón para despedir a Quini. El frío no pudo con los ánimos. Por la capilla ardiente pasaron amigos, conocidos, políticos y hasta los jugadores del Real Oviedo, que quisieron sumarse al pesar de la familia del Sporting.
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