El Sporting vuelve a apuntar a lo más alto. Los rojiblancos regresan a los puestos de promoción tras romper ante el Sevilla Atlético con casi cinco meses sin victorias a domicilio. Lo hacen quince jornadas después de haber ocupado ese quinto puesto por última vez. Lo han conseguido a través de su cuarto partido consecutivo con la portería a cero y mediante un gol de tiralíneas que inició Jony, filtró Carmona, centró Calavera y remató Rubén García con la fuerza de todo un sportinguismo que empujó con él para volver a mirar arriba. Allí, en el cielo, donde se fueron los ojos de todo el equipo al marcar el tanto que decidió el encuentro, seguramente les estaban esperando. El Sporting cerró la peor semana de su historia de la mejor manera: como a Quini le gustaría.

Siete victorias en once partidos relanzan al Sporting de Baraja. El golpe de confianza que le faltaba al equipo llega cuando más rabia se acumula en la familia rojiblanca. El fallecimiento de Quini ha dejado huérfano a un club y a un equipo que se siente en deuda con su leyenda. La visita a Sevilla sirvió para recordarle a base de lo que él tantas veces disfrutó. Un gran gol y una victoria que permite creer al conjunto gijonés en un ascenso que todos desean dedicarle. El emotivo minuto de silencio que se le rindió a El Brujo en los prolegómenos del encuentro abrió el camino para lograrlo.

El árbitro no se dio cuenta, pero el Sporting inició el partido jugando con uno más. El viento sopló a favor del ataque rojiblanco en la primera parte y ayudó a decantar el duelo. Fue una manera de empujar al equipo hacia la portería rival y hacia el final de la mala racha fuera de casa. La ventaja de esas rachas de aire a la espalda se mantuvo, pero para el contrario, en la segunda parte. Ellos, sin embargo, se quedaron sin premio.

No hubo sorpresas en el once. Baraja presentó en el Viejo Nervión el mismo esquema y casi los mismos protagonistas que venían de lograr una solvente victoria ante Osasuna. El único cambio fue obligado. Nano Mesa sustituyó al sancionado Santos. El canario fue de los más entonados en el arranque del encuentro.

Sporting y Sevilla Atlético no regalaron demasiadas ocasiones en la primera parte. Los rojiblancos intentaban meterle mano al partido por el lado contrario al habitual. Carmona y Calavera dieron el relevo a Jony y encontraron, en el costado diestro, el camino para someter al filial hispalense. Avisó primero el balear con un centro a Nano Mesa que el tinerfeño ajustó al palo. Fue tres minutos antes de llegar al 9 del partido, el que hizo a los cerca de doscientos sportinguistas entonar el "ahora, ahora, ahora Quini ahora". Calavera respondió a la llamada forzando una falta al borde del área que evidenció los problemas de Chacartegui y fue el preludio de lo que llegaría después: el momento que marcaría el partido, y quizá el que puede marcar la temporada para un Sporting perdido lejos de Gijón hasta que encontró lo que le esperaba en el Viejo Nervión.

Minuto de silencio por Quini en el partido del Sporting en Sevilla

Minuto de silencio por Quini en el partido del Sporting en Sevilla

Mariño detuvo la reacción local en una segunda parte de nervios

Fue también la banda derecha rival la que amenazó al conjunto de Baraja en los albores del partido. Curro, un zurdo a pierna cambiada que además de capitán es líder de todo lo bueno que fabrica el Sevilla Atlético, afilaba cada ataque y hacía multiplicarse a la defensa del Sporting para tirarle coberturas a Canella. El centrocampista camerunés Eteki era el otro quebradero de cabeza de los del Pipo. No se sufría, pero tampoco había sensación de total control visitante. Al menos, hasta que el Sporting estrenó el marcador.

Jony armó la izquierda para tirar un cambio de juego que inició una jugada preciosa para acudir a la cita con Quini. Carmona recibió pegado a la cal, se perfilo cara a la portería, y esperó la llegada de Calavera para lanzar el cuero a la espalda del bueno de Chacartegui. El lateral catalán recibió ya en el área, en plena carrera, y su pase raso al segundo palo encontró a Rubén García para que el valenciano empujara a la red un balón rematado por todo el sportinguismo. El Sporting defendió el marcador, sin apenas apuros, hasta el descanso, ante un rival que perdió a su entrenador, expulsado por protestar al árbitro. El filial hispalense quería cumplir con lema del primer equipo: "Dicen que nunca se rinden".

La lluvia acompañó el inicio de una segunda parte en la que el Sevilla Atlético mandó a Curro a la banda izquierda como intento de fijar las subidas de Calavera y encontrar alguna fisura en la zaga gijonesa. El primero en conseguirlo no fue el andaluz. Fue Jony. El cangués tardó cinco minutos en empezar a encadenar regates y tirar dos diagonales en forma de aviso. No se libró el Sporting, sin embargo, de sufrimiento.

Dos ocasiones locales, a balón parado, hicieron a Baraja temer por el resultado. El Pipo movió el banquillo para ganar en altura y sacrificio a costa de perder calidad arriba. Hernán Santana y Pablo Pérez entraron al campo en lugar de Rubén García y Nano Mesa. El canario estuvo cerca de plantarse en el área antes de terminar frenado por Eteki, gigante también en lo defensivo. Carmona lanzó el libre directo para que Ondoa se luciera. A partir de ahí, el equipo captó el mensaje enviado desde el banquillo, y se dedicó a defender. Los andaluces empezaron a crecer a base de balones parados que iban poniendo nervioso al Sporting. Especialmente a Álex Pérez. Dos errores del madrileño, primero tras comerse un balón a la espalda que Marc Gual no acertó a aprovechar, y después, con una falta a destiempo a pocos metros de la frontal que hizo que Curro se frotara las manos. Apareció Mariño para despejar el peligroso envío del capitán del Sevilla Atlético. No hay partido en el que el gallego no aparezca para librar al equipo o minimizar los daños.

El desenlace acabó siendo más apurado todavía. Álex Pérez quiso enmendar sus anteriores errores yendo a por todas de cabeza en un balón aéreo disputado con Chacartegui. El choque de trenes terminó con ambos en el suelo y fue el rojiblanco el más perjudicado. Terminó retirado en camilla y evacuado al hospital. El equipo se quedó con diez para afrontar un descuento en el que se echó el resto para aguantar un resultado que vale su peso en oro. El Sporting vuelve a ganar fuera, tras más de cuatro meses sin hacerlo; regresa, tras quince jornadas, a los puestos de promoción; encadena cuatro partidos sin recibir gol y cumple con el homenaje que querría Quini.