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El sueño cumplido de Andrés Linares

"Es una pasada, quiero quedarme a vivir aquí al lado", señala el niño de Cartagena seguidor del Sporting tras acudir por primera vez a El Molinón

El niño de Cartagena que cumplió su sueño de ver al Sporting

El niño de Cartagena que cumplió su sueño de ver al Sporting

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El niño de Cartagena que cumplió su sueño de ver al Sporting Pablo Antuña

Nunca pensó que el viaje previsto para ir a esquiar a Navacerrada iba a finalizar en Gijón para ver a su Sporting en El Molinón. Andrés Linares, el niño de 10 años de Cartagena aficionado al Sporting y que se hizo famoso cuando fue a animar a los rojiblancos a Lorca esta temporada, cumplió ayer su sueño de ver en directo a su equipo por primera vez en El Molinón. "Es una pasada el campo. Vengo a disfrutar del día y a conseguir los tres puntos para Quini", señaló antes del partido, tras ser aclamado por los peñistas rojiblancos en el recinto ferial Luis Adaro.

Porque el día fue muy especial para Andrés Linares. Primero se dio un baño de masas en la fiesta del Día de las Peñas en el recinto ferial. Se hizo en quince minutos más de treinta fotos con aficionados del Sporting. Después conoció la ciudad, disfrutó del partido y al término del encuentro tuvo el momento que recordará toda la vida, al conocer en persona a Sergio y a otros jugadores de la plantilla. Pero el instante más especial fue cuando el avilesino le entregó una camiseta firmada por la plantilla.

El sábado Andrés Linares acabó su partido con el Progreso, el equipo en el que juega en Murcia, con un empate a un gol ante el Mediterráneo de Cartagena. Y a las siete de la tarde su padre se puso al volante y se metieron en la carretera para llegar cerca de las tres de la madrugada del domingo a Asturias. "Quiero quedarme a vivir aquí, al lado de El Molinón", comenta el pequeño murciano en los instantes previos al partido.

La jornada fue muy intensa. El partido lo vio en el palco. Disfrutó con los goles y vibró con el homenaje a Quini. Una jornada muy emotiva para un niño de Cartagena sin ninguna vinculación con el Sporting, pero que se hizo rojiblanco desde pequeño: "Vi un partido del Deportivo ante el Sporting una vez por la tele, en la época de Preciado: me encantó como jugaban y me quedé enganchado para siempre".

Ayer Andrés era un niño feliz, y su padre también por verle disfrutar con la experiencia. Hoy irán a Mareo al entrenamiento del equipo y después tocará regresar a Cartagena. Pero prometen volver otra vez a Gijón. "Estaremos en junio para celebrar el ascenso", aseguran padre e hijo.

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