No se entendería la reacción del Sporting sin la llegada de Jony en el mercado invernal. Un jugador que marca diferencias en Segunda, que desatasca un partido cuando se necesita, que tiene regate y gol, y además ha recuperado la mejor versión de compañeros como Canella o Rubén García, que se asocian a la perfección con el de Cangas del Narcea. Es cierto que Baraja llegó antes que Jony a Gijón, y que el Pipo ganó dos de sus tres primeros partidos en el Sporting sin el extremo. Pero ahora mismo Jony, que se encuentra cedido por el Málaga, es el principal argumento ofensivo de los rojiblancos, que tienen la chispa en ataque que les faltó en la etapa de Paco Herrera, en la que había mucha pegada, pero poco juego. Ahora el Sporting ataca, marca e ilusiona. Y todo bajo la batuta de Jony, el principal argumento ofensivo de un equipo que también ha recuperado a la causa a Santos, que lleva 15 tantos, ocho de ellos desde la llegada de Baraja.

Cambios de dibujo. El derbi fue un punto de inflexión para un equipo que venía hasta ese momento dando una buena imagen en casa, pero que le faltaba crecer a domicilio. La derrota dolió en un vestuario que se puso las pilas, con el orgullo tocado de caer ante el Oviedo, y que ha reaccionado con un cambio de dibujo que le ha dado más equilibrio, seguridad y control al equipo. Baraja dejó de apostar por alinear a dos delanteros de inicio, y tras ese partido Carlos Castro, que había sido titular junto a Santos las últimas semanas tras tomar el relevo a Scepovic, se cayó de las citaciones y acumula siete semanas en la grada. Rubén García es una pieza clave en la mediapunta junto a Carmona y Jony, y permite que el conjunto rojiblanco crezca al ritmo que marcan Sergio y Álex Bergantiños, dos currantes que ya no sólo aportan orden y rigor defensivo, sino que también han dado un paso al frente y se atreven a dar importantes pases con peligro en ataque.

Discurso prudente de Baraja. Quizás uno de los errores que más le achacan a Paco Herrera fue asumir con naturalidad el papel de favorito al ascenso del Sporting antes del comienzo de Liga. Aunque era el objetivo principal, al ser un recién ascendido y contar con uno de los presupuestos más altos de la categoría, Paco Herrera mostró en diferentes fases de la temporada un discurso muy sincero que por momentos añadió presión al equipo. Baraja desde su llegada se ha caracterizado por ser un técnico que deja poco titulares en sus ruedas de prensa, mantiene el discurso ahora que las cosas van bien de que la clave es mantenerse arriba tras un enorme esfuerzo por recuperar posiciones y que aún queda mucho para que acabe la Liga. Y además ha sabido jugar bien sus bazas en las últimas semanas, al pasar el papel de favorito al Rayo antes del último partido aludiendo a su condición de líder.

El Pipo, sin experimentos. Esa prudencia hacia fuera del vestuario también la ha trasladado al día a día en el plano deportivo. Salvo contadas excepciones, como pudo ser el partido de Lorca en el que puso a Santos en la banda, Baraja ha puesto a todos sus jugadores en su posición natural, sin experimentos, y dando continuidad a lo que funciona. Los cambios partido tras partido han sido casi por obligación. El once inicial se recita casi de memoria y el Pipo ha cerrado filas en torno a un grupo de jugadores de su confianza que están ofreciendo un buen rendimiento. Lejos quedan las constantes rotaciones de Paco Herrera o los experimentos como el de Isma López jugando de pivote. A Baraja no le tembló el pulso cuando tuvo que jugar con Nacho Méndez de titular, o cuando hizo debutar a Adri Montoro en el lateral derecho.

Un equipo con hambre. Lleva el Sporting desde que cayó en el derbi una racha con 19 puntos sobre 21 posibles, sin encajar ningún tanto, y con 14 goles a favor en este periodo, una media de dos por partido. Además, acumula cinco triunfos consecutivos, un registro que no se daba desde la temporada 1998-1999, un momento que coincidió con el récord de imbatibilidad de Sergio Sánchez que acaba de superar Mariño, cuando el Sporting ganó al Mérida (2-0), Leganés (0-1), Badajoz (1-0), Osasuna (0-4) y Hércules (2-0), antes de que el Barcelona B golease 4-0 a los rojiblancos en la penúltima jornada de aquella Liga.

Bloque compacto y solidario. No es casualidad que en diez de los catorce partidos dirigidos por el Pipo el Sporting haya dejado su portería a cero. Sólo el Granada, el Oviedo y el Córdoba, ambos por partida doble, y el Lugo, en este caso con tres tantos, han logrado marcar en sus partidos ante los rojiblancos. El conjunto andaluz fue el único que marcó en El Molinón. Pero en este tiempo el Sporting destacó por ser un bloque compacto y solidario en defensa. El pasado sábado ante el Rayo se vio por ejemplo una de las versiones más generosas de Carmona y Jony para ayudar a Calavera y Canella.