Nora Freire lo tenía claro antes de que el balón echara a rodar en los Juegos Mediterráneos. "El Sporting va a ganar 1-3, con goles de Santos, Jony y Nano Mesa", afirmó convencida esta niña de La Camocha. Se equivocó por poco. El optimismo rodeó al medio millar de aficionados que acompañaron al equipo en su visita a Almería. Todos, convencidos de un triunfo que se logró a costa de sufrimiento para volver al primer puesto en Segunda División y culminar una Semana Santa redonda, también, en lo futbolístico.

"Hay que seguir ganando por Quini", comentaba Clara Ordiz, gijonesa afincada en Torrevieja, antes de iniciarse el encuentro. En Almería hubo representación variada, desde familias que incluyeron el encuentro en sus vacaciones, hasta peñas con el viaje previsto como El Cencerru, de Olloniego; La Tayuela, de Sotrondio; El Sueve, de Colunga o Isma, de Gijón, entre muchas otras. Tampoco faltó Andrés Linares, el niño de Cartagena que es un apasionado sportinguista. La afición también hizo constar su malestar por el precio de las entradas. "Si queremos entrar con las camisetas del equipo, nos sitúan en la zona visitante y nos hacen pagar 30 euros. Si nos quitamos la camiseta, ya nos dan permiso para comprar las más baratas, de 10 y 20 euros. Es como un impuesto por lucir nuestros colores", señalaron componentes de la peña sportinguista La Estrella del Arbeyal, que finalmente compraron las más caras. "Es un precio desproporcionado para Segunda", sentenció Pepe Grech, aficionado de Cangas de Onís que acompañó al equipo en Almería. El club andaluz explicó a los aficionados del conjunto gijonés que se rigió por las medidas de seguridad que les impone la Liga a la hora de vender localidades fuera del sector reservado para los seguidores visitantes.