Más de 5.000 personas acompañaron al Sporting en las gradas del José Zorrilla el pasado domingo. A ellos se les sumó otro buen puñado de aficionados que acudieron a Valladolid en los autobuses de las peñas, pero que sin embargo no estuvieron en el estadio pucelano. Fue la mayor Mareona de esta temporada, muy por encima de los 2.000 aficionados que estuvieron en Lugo o León. Según las estimaciones de las peñas, la afición rojiblanca generó un impacto de unos 700.000 euros en la economía de Valladolid durante el fin de semana. "Un estudio en Coruña decía que la Mareona dejaba un millón de euros allí cuando se desplazaba con 7.000 seguidores, en Valladolid, al haberlo hecho la gran mayoría en el día, calculamos que el impacto económico ha sido de unos 700.000 euros", señala Jorge Guerrero, presidente de la Federación de Peñas Sportinguistas.

Atrás queda el boicot que hizo la afición rojiblanca hace años a la ciudad de Valladolid y que provocó que la mayoría de los sportinguistas hiciesen parada en León, donde llevaban a cabo casi todo el gasto. Una situación que se produjo tras decidir el presidente del club pucelano cobrar a 75 euros las entradas a La Mareona en 2009. Algunos como Argelio Cernuda, de la peña Ámbar, aún decidieron pasarse el pasado sábado por León. "Estuve celebrando el triunfo de la Cultural ante el Tenerife. Hay que hacer gasto en todos los sitios", señala.

Jorge Guerrero estima que cada aficionado que viajó a Valladolid el mismo día del partido "gastó entre 80 y 100 euros por ver al Sporting". Y hace el cálculo explicando que "a los 25 euros de la entrada hay que sumar los 25 del viaje en autobús con las peñas, más el dinero de la comida, la cena, el vermú y algún recuerdo, porque mucha gente siempre que va se trae un décimo de lotería o compra en alguna tienda. Y los que se quedaron a dormir hay que sumarles otros 50 euros o más".