Michael Santos dio el susto nada más iniciarse el entrenamiento de ayer. El máximo goleador rojiblanco saltó al campo número 2 de Mareo junto al resto de sus compañeros, pero a los pocos minutos de iniciarse la sesión tomó el camino de los vestuarios acompañado por el preparador físico Roberto Montes. El charrúa completó la jornada en el gimnasio debido a unas pequeñas molestias por las que se decidió que trabajara a un ritmo diferente. Los servicios médicos del Sporting creen que su participación ante el Granada, por el momento, no peligra.

El gesto risueño de Santos, camino al vestuario, quitó hierro a la preocupación por el estado físico del delantero rojiblanco, que se recuperó hace escasas semanas de una rotura de fibras. Los 17 tantos que ha convertido esta campaña desvelan la importancia que tiene en el esquema de Baraja. Mucho más llegado al tramo en el que todo se decide en la Liga.