La Liga de Fútbol Profesional se encuentra investigando el Huesca-Nàstic tras ser informada de anormales movimientos en las casas de apuestas que han puesto bajo sospecha el resultado del choque. Los catalanes, que se jugaban no caer en descenso, se llevaron el triunfo ante el líder por 0-1. Las empresas de juego más importantes decidieron bloquear sus cuotas del partido, hora y media antes del comienzo, al advertir que las cotizaciones sufrían extrañas variaciones. En este apartado, se señalan movimientos desde Ucrania que apostaban por el empate al descanso, y después desde Asia que daban vencedores a los catalanes con un gol en la segunda parte. Ambos pronósticos se cumplieron.

El final de la competición liguera devuelve a la actualidad situaciones como en la que se han visto inmersos el Huesca y el Nàstic de Tarragona.

"El Confidencial" informó ayer que 30 de las 59 casas de apuestas más relevantes del mundo tomaron la decisión de bloquear el partido por encontrarse con unas fluctuaciones en las cotizaciones poco habituales a minutos de iniciarse el encuentro. En este sentido, se detalla que, hora y media antes de que empezara, individuos desconocidos estaban apostando desde Ucrania que el Nástic, 29 puntos por debajo del equipo aragonés en la tabla, ganaría el partido sin género de dudas. En el descanso, siguió entrando dinero a favor de una victoria a domicilio, también desde la lejana Asia. La Liga, que vigila estos parámetros y cuenta con un protocolo de actuación para estos casos, ha tomado cartas en el asunto y se encuentra recabando información sobre lo sucedido. No se descarta que todo esto pueda derivar en una denuncia ante la Policía.

El vestuario del Nàstic ha recibido con sorpresa que la Liga haya puesto el foco sobre este encuentro por presunto amaño. Javier Matilla ha invitado a los aficionados a volver a visionar el duelo. "El que vea el partido, comprobará que el Huesca salió con intensidad", dice el futbolista, titular el pasado domingo con los catalanes.

Leo Franco, por Rubi

El Huesca presentó ayer a su nuevo entrenador, el argentino Leo Franco. El que fuera portero de Mallorca, Zaragoza y el propio Huesca tomará el relevo de Rubi en el banquillo. "Conozco al vestuario, el ADN del Huesca y su filosofía. Mantendremos la base del grupo que logró el ascenso", aseguró. Será su primera experiencia como entrenador en el debut del club en Primera División.