A pesar de que el contacto con el balón llega con los pies, el motor que mueve a los jugadores en los momentos más intensos de la temporada es el aspecto mental. Y en ello trabaja el Sporting a marchas forzadas debido a la cercanía del compromiso del partido de vuelta del play-off de ascenso contra el Valladolid. Los jugadores lo saben y Mariño lo expuso ayer con claridad al indicar que "todos los equipos llegamos fatigados, hay que limpiar la cabeza cuanto antes y llegar bien, sobre todo mentalmente, al partido, es lo más importante".

Una de las palabras que más han retumbado con fuerza en el vestuario tras el pitido final en el estadio José Zorrilla es la de "creer" que es posible lograr la remontada tras el 3-1 en contra. Apoyado en los resultados como locales, el guardameta confía en conseguir el objetivo de remontar una eliminatoria que en estos momentos está cuesta arriba para el conjunto rojiblanco. "Un 2-0 no es un resultado desorbitado en el fútbol, estamos capacitados para ello", sostiene el gallego. No en vano, es el resultado que más veces ha logrado el conjunto sportinguista esta temporada como local (en cinco ocasiones).

Por ello, Mariño confía y desea que la afición acuda en masa al estadio gijonés mañana para que se vuelva a convertir en una olla a presión, igual que en los partidos clave de los últimos años. Todo suma. "Espero al mejor Molinón, pero debemos de darles algo para que crean", comenta un Mariño que tiene claro que todo pasa por mantener su portería a cero.