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Segunda División

Como un castillo de naipes

Los detalles causaron el derrumbe del Sporting: el agotamiento físico y mental, el roce de Baraja con Jony, el bajón defensivo y de Santos y la ausencia de alternativas desde el banquillo

¿En qué momento empezó a desinflarse el efecto Baraja y cuál fue la causa del bajón del Sporting? La montaña rusa del equipo, que pasó de dar por perdida la temporada, a vivir una gran remontada hacia el liderato, acabó con un final triste con seis derrotas en los siete últimos partidos. El Sporting pasó por dos fases de subidón y otras dos de bajón. Los pequeños detalles fueron fundamentales para derribar el muro sportinguista, que se fue cayendo como un castillo de naipes, construido con delicadeza, tesón y perseverancia, pero sin una base sólida y alternativa. El agotamiento físico y mental, la falta de solidez defensiva y alternativas, y la chispa que se fue apagando en jugadores como Jony o Santos, hicieron caer al Sporting ante el Valladolid en el momento decisivo, dejando atrás pilares que sostuvieron la gran racha: frescura, solidez defensiva y eficacia.

El éxito de la revolución. Baraja llegó al Sporting en la 19.ª jornada de Liga. Cogió a un equipo que era noveno, a cinco puntos del play-off, y a nueve del liderato. Baraja se hizo fuerte en casa, donde sólo cedió dos derrotas, ante el Barcelona B en Liga y frente al Valladolid en play-off. Y sacó adelante con victoria los otros once partidos que afrontó como local, diez de ellos de forma consecutiva. El Pipo formó un equipo solidario, trabajador y ordenado, que poco a poco fue ganando crédito a base de frescura, solidez defensiva y eficacia.

Números históricos para llegar el liderato. El Sporting volvió a enganchar a la afición y dio motivos para creer. Los números respaldaban su apuesta y también las sensaciones. Los récords se iban sucediendo, con Mariño 765 minutos imbatido; con diez encuentros seguidos ganando en El Molinón, superando los nueve que llegaron con Miera en la temporada 1978-1979 (el año del subcampeonato); o con ocho triunfos seguidos en Liga, más que nadie este curso en Segunda, y uno por encima de los logrados con Novoa al inicio de la temporada 1979-1980.

El roce con Jony en Cádiz. En el Ramón de Carranza el Sporting no fue capaz de ganar su noveno partido seguido y se sufrió para pelear por un empate. Pero hubo un hecho que en principio parecía aislado, pero que acabó cambiando el devenir de la temporada. Jony, enfadado con su actuación, evitó el saludo de Baraja tras ser sustituido. Un gesto que fue captado por las imágenes de televisión, y que no pasó desapercibido. El Pipo dio al día siguiente una regañina pública a Jony. Le llamó a su despacho instantes antes del inicio del entrenamiento, con medios de comunicación y aficionados presentes. Y nada volvió a ser como antes, pese a que ambos señalaron que todo había quedado aclarado. Jony dio muestras de entrega y compromiso en todo momento, pero no recuperó aquella chispa que tenía a su llegada. Ese choque dio la sensación de erosionar el ánimo y el ambiente del vestuario, y quizás que el mensaje de Baraja no calase tanto como al principio.

Santos desaparece tras la lesión de Almería. La llegada de Santos fue uno de los aciertos de la temporada . El delantero uruguayo marcó 17 goles, la mitad de ellos de cabeza, y fue un incordio constante para los rivales. Pero el derroche físico le pasó factura en el tramo final. Tras arrastrar problemas de pubis durante todo el año, una lesión en los isquiotibiales en Almería acabó por truncar su prometedor año, que aún así lo acabó con 17 goles. El delantero uruguayo, tras su lesión, sólo marcó un tanto. Y ahí se resintió el Sporting, que en plena caída se quedó sin su principal referencia goleadora.

Mala planificación, sin alternativas en el banquillo. El Pipo se identificó con un once claro integrado por Mariño; Calavera, Álex Pérez, Barba, Canella; Álex Bergantiños, Sergio; Carmona, Rubén García y Jony. Pero apenas hubo recambios en el banquillo durante la segunda vuelta. Solo las aportaciones esporádicas de Nano Mesa, Guitián o Pablo Pérez dieron algo de refresco. Santana fue de más a menos y Álex López no llegó a dar el salto definitivo para refrescar y dotar de más alegría al centro del campo.

Baraja, sin un plan B. En el último partido del play-off, con un 0-2 en contra, sin nada que perder, Baraja solo hizo cambios de posición por posición. El sistema de 1-4-2-3-1 fue habitual para Baraja, que no tuvo alternativas en los momentos difíciles. Tras un inicio en el que apostó por dos atacantes, Baraja se refugió en la figura del mediapunta, que ocupó Rubén García. Pero ni una defensa con tres jugadores, o un sistema con dos delanteros fueron utilizados por el Pipo en los momentos difíciles. El banquillo nunca fue una solución durante la temporada, y prueba de ello es que el Sporting siempre ganó con el plan A, y ni con Baraja ni con Herrera se remontó un marcador adverso en toda la temporada.

Agotamiento físico y mental. Tanto le costó al Sporting llegar a la zona alta, que ese sobreesfuerzo lo pagó caro a nivel físico y mental. El conjunto rojiblanco quizás pilló demasiado pronto la ola buena para engancharse con la zona alta, y cuando acariciaba el ascenso directo, a falta de cinco jornadas para el final, el Sporting cayó en Zaragoza tras 12 partidos invicto, y se derrumbó. Hubo jugadores como Calavera que acusaron la presión psicológica, y el fallo del lateral en Tenerife, que acabó con un gol del rival, hizo que no se repusiera hasta el final del mazazo. Baraja llegó con un equipo base al final, sin rotaciones, y al Sporting le faltó gasolina para aguantar en la cima de Segunda.

Un final desastroso. Seis derrotas en los siete partidos para acabar la temporada. Solo ante el Granada, en la penúltima jornada de Liga, el Sporting sonrió. Unos números que le hicieron perder el tren del ascenso directo al conjunto rojiblanco, la tercera plaza, y también llegar a la segunda ronda del play-off. Si en el noviembre negro con Paco Herrera se lograron solo 2 puntos sobre 18, las seis derrotas en siete partidos para acabar la Liga hicieron recordar los malos momentos de la temporada pasada, que finalizó con el descenso a Segunda, y donde se sufrieron siete derrotas en ocho partidos, entre las jornadas 11.ª y 18.ª tras caer frente al Málaga, Real Sociedad, Real Madrid, Espanyol, Villarreal, Las Palmas y Éibar, y ganar a Osasuna en 14.ª jornada.

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