La imagen de una niña en El Molinón, tras el último partido de play off contra el Valladolid, está circulando por diferentes grupos de sportinguistas en las redes sociales. La menor extiende su bufanda con orgullo -pero sin ocultar la decepción en su rostro por la eliminación de su equipo del alma- cuando el estadio gijonés ya se encontraba medio vacío, después del enfado que llevó a algunos seguidores del Sporting de Gijón a irse antes de tiempo o según pitó el final el árbitro.

La foto, acompañada del texto escrito por otra sportinguista, ha calado entre la hinchada rojiblanca. ¿Quién es la niña? Se trata de Manuela Rodríguez, tiene 8 años y vive en Mieres. Su padre, Fermín Rodríguez, compartió la imagen en un grupo sportinguista y explicó la situación: "8 años y es todo sentimiento por el Sporting: quiso ver el partido hasta el final, ahí se quedó con su bufanda en alto. Después de entrar los jugadores a vestuarios hubo ríos de lágrimas, no había palabras para ella de consuelo, pero el próximo año volveremos".

Otra sportinguista, Rebeca Fernández, administradora del grupo, pidió permiso para usar la foto y la acompañó de un texto. Así, esta pequeña de Mieres ha calado hondo entre el sportinguismo.

Éste es el texto con la imagen de la niña sportinguista que círcula por grupos de aficionados

Ayer dejamos atrás el sueño de volver a 1ª División. Hoy nos levantamos (al menos yo) con pocas ganas de leer las Redes Sociales, esas en la que cada uno pone lo que está pensando (tal como te pregunta el Facebook cada vez que lo abres).Aún así, hoy entré sabiendo lo que me iba a encontrar allí: decepción, cabreos, planteamientos para la próxima temporada y demás, cosas totalmente normales por otro lado.Cuando de repente, la vi a ella y algo se me revolvió por dentro. Una niña de 8 años, bufanda en alto y casi sola ya en su grada. Ella no se movió de su asiento a pesar de todo, incluso cuando los jugadores de su Sporting ya habían entrado al vestuario, ella allí seguía de pie con su bufanda en alto y aguantando, aún viendo que parte del estadio ya se había ido mucho antes de terminar el partido, algunos incluso en el descanso. Ella no. Ella se quedó por el amor que siente por su equipo, sus colores y su escudo. Ese equipo que soñaba ver jugar la próxima temporada en 1ª.La foto de esa niña, que por cierto se llama Manuela, me recordó a lo que muchos de nosotros sentimos en momentos como éste que nos toca vivir pero con ojos de niñ@. Este caso en la carita de Manuela, en sus ojos y en sus pensamientos de niñ@. Much@s de nosotr@s quisiéramos hacerlo, pero por vergüenza no lo hacemos porque un adulto no puede llorar y sentir como un niñ@. No está bien visto.Si a tod@s nos quedase un poco de esa ilusión, otro gallo nos cantaría. Yo me vi reflejada en ella pero con 34 años más.Todos los que tenemos hij@s e intentamos inculcarles este sentimiento, sabemos lo difícil que es explicarles que este es el mejor equipo del mundo para nosotr@s y que siempre será así pase lo pase, en 1ª, en 2ª o donde quiera que estemos. A casi todos los niños les gusta Messi o Cristiano y cómo le explicas a un niño que su equipo es el mejor y que tiene que apoyarlo siempre, que esto no tiene nada que ver con la posición en la tabla o la categoría en la que estés Y que posiblemente nunca les verá ganar una Liga ni una Champions. Cómo lo haces cuando a veces hasta tu misma piensas que no merece la pena sufrir por un equipo que no nos da ninguna satisfacción o más bien pocas.Yo empezaré a verlo desde hoy con el corazón de un niño que da amor sin pedir nada a cambio, ese corazón que cree que todo es posible, ese corazón de niño que tiene los sentimientos más puros. Ese corazón que nunca se rinde. Así lo veré yo gracias a ella. Gracias a Manuela y a esa foto que le hizo ayer su padre, Fermín.Manuela ayer fue la más valiente de todos los sportinguistas que había en el Molinón-Enrique Castro

Champions

Quini