"El Sporting es muy buen equipo, sólo que unas veces te da alegrías y otras, no tanto". Manuela Rodríguez asume la eliminación del Sporting de la promoción de ascenso como algo que forma parte del juego. No hay reproches ni reivindicaciones. Ella se mueve por otros motivos: una fe inquebrantable en que los rojiblancos, pase lo que pase, siempre serán los mejores. Es la misma que la llevó a estirar su bufanda y animar al equipo el pasado domingo, justo al finalizar el partido en el que los de Baraja vieron escaparse sus últimas opciones de ascenso. Esa imagen, segundos antes de ceder a un desconsolado llanto, se ha viralizado cuando su padre, Fermín, decidió compartirla en redes sociales.

"Hay que mandarle ánimo a los jugadores para que suban la próxima temporada", explica Manuela Rodríguez Jares, con la espontaneidad y ternura de sus ocho años de edad. "Cuando terminó el partido y caminaba hacia la bocana de la grada, para salir de El Molinón, vi que ella no me seguía. Mi sorpresa fue que estaba allí parada, con la bufanda extendida. Le hice una foto. Después, comenzó a llorar sin que hubiera consuelo. Te rompe el corazón ver a una cría así", explica el padre de esta joven mierense. Fermín decidió compartir la imagen con más gente para que, entre todos, animaran a la niña e hicieran que se sienta orgullosa de ese amor a los colores. "El efecto nos ha sobrepasado", comenta.

"Carmona mete muchos goles y Mariño hace un montón de paradones. Son los mejores", explica esta joven alumna del colegio Liceo de Mieres para justificar su pasión. No se ha perdido "ni un sólo partido" esta temporada en El Molinón. El padre es testigo. "Soy del Sporting de toda la vida, y llevaba a la cría en algunas ocasiones. Veía una parte y luego iba con la madre (Luisa) a jugar al parque. Esta temporada, sin embargo, quiso ir al primero, ante el Lugo, y después, al derbi. Ante el Oviedo quedó impresionada. 'Nunca viví algo así', me decía. Ya no volvió al parque. Para su cumpleaños, en octubre, le regalamos el abono de toda la campaña", señala Fermín. La única hija de este matrimonio de funcionarios que reside en Mieres tuvo otro regalo especial para su primera comunión. "Nos pidió la equipación de Mariño", explican sus progenitores. Ahora, Manuela cuenta los días para volver a El Molinón mientras prepara la final de una competición de baile, su otra gran pasión. "Ver a los jugadores y a la gente animar es lo que más me gusta", concluye esta pequeña gran sportinguista.