Tras la llamativa campaña de marketing puesta en marcha por el Sporting para anunciar su nueva camiseta y el consiguiente revuelo generado en redes sociales, quedaba por ver como sentaba la nueva zamarra rojiblanca a los futbolistas. "Son muy guapas, lo de las rayas más anchas es algo distinto", señalaba Silvino Rebollar, aficionado que estaba en Mareo, como también estaba Enol Camacho, estudiante, que aseguraba que "la primera equipación me gusta mucho porque es distinta a la de otros años".

Los más pequeños, los mas entusiasmados de ver la indumentaria, pedían a sus acompañantes que se hicieran con una cuanto antes, pero tenían que esperar. Ayer, día de inauguración y presentación de la nueva vestimenta, las tiendas del club estaban cerradas, ya que se estaban realizando los inventarios y cambios de escaparates pertinentes, sorprendente maniobra si se trata de sacar el género adelante.

La parte trasera de la primera indumentaria, con un hueco bien amplio en blanco, "facilita que se lean los nombres y se vea el dorsal" señalaba un aficionado del Sporting. "El año pasado con ese fondo totalmente rojo no quedaba sitio para las rayas rojas y blancas que debe tener una buena camiseta del Sporting", continuaba.

La segunda indumentaria del Sporting será verde. Un verde oscuro que recuerda a Asturias y que también cautivó a la afición: "Me gusta, se identifica con Asturias", decía Manuela Álvarez, enfermera. "Es mucho más guapa que la de años anteriores", intervenía Antonio Cuendiás, hostelero. "Es distinta al resto, pero a mí siempre me gusta la rojiblanca", apuntaba el pequeño David Álvarez. El verde es novedad este año. Temporadas atrás se había intentado con el blanco o el rojo por completo y la cosa no funcionaba. Con el amarillo de hace un par de años sí que se acertó, tanto en el terreno de juego como en las tiendas. Ya en la temporada 2016-2017, el Sporting batió su récord histórico con 1.187.617 euros en ventas y todo gracias a la camiseta negra que estrenó ese año. Esta nueva, con un verde muy potente, promete poner en juego ese récord ya que fue muy aplaudida entre el público presente. Quienes seguirán vistiendo llamativamente serán los porteros. Mariño saltó al césped de Mareo con una camiseta amarilla por completo, con detalles en verde en sus mangas y con cierto parecido a la indumentaria de años atrás. "Es parecida a la de años anteriores, pero me gusta mucho", señalaba Pablo Martín.

Las camisetas pasaron el corte, pero la campaña sembró dudas. La campaña de marketing se discutió mucho en las redes sociales. No a todo el mundo le gusto ver "tirada" la camiseta rojiblanca en una caja de cartón junto a un contenedor de basura. "La podían haber dejado en un taxi o un autobús o, por qué no, en la estatua de Preciado, pero no cerca de un contenedor donde la gente deja lo que no quiere", afirmaba un aficionado en Mareo. La campaña de marketing, en realidad, surtió su efecto: hablar de la camiseta se habla.